31 octubre 2014

Sayari se convierte en el nuevo imperio de los vehículos chutos

La extrema pobreza en la que viven miles de campesinos en la localidad de Sayari camina sobre ruedas de vehículos indocumentados último modelo que circulan sin control, constató OPINIÓN en una visita a la zona.

Las más afamadas marcas japonesas Nissan y Toyota compiten por tener presencia en Sayari, provincia Tapacarí, al punto que los campesinos sustituyeron el burro, la mula y el ganado vacuno, como animales de tiro y carga, por los rodados.

Tapacarí es una de las zonas más deprimidas y pobres de Cochabamba.

Los vehículos de industria china a pesar que tienen precios significativamente inferiores a los primeros, no existen en Sayari.

“Buscamos vehículos originales”, comentó a este periódico un productor de la zona que llegó en un vehículo Ipsum junto a su familia para sumar fuerzas durante el cautiverio de una pareja que fue sorprendida robando vehículos indocumentados en la zona.

DIESTROS Y HÁBILES Durante la visita que hizo este periódico pudo también ser testigo de la destreza y habilidad con la que conducen los motorizados.

¿Quién fue el instructor que enseñó a manejar a todos? fue la pregunta a otro grupo de campesinos que lucían orgullosos los rodados que tienen bajo propiedad.

“Aprendimos solos y mirando a los choferes, a los floteros”, respondió el lugareño con desconfianza.

Identificar a los interlocutores fue misión imposible en medio de un ambiente crispado y de rechazo a la prensa nacional. Gritaban a voz en cuello, más de una vez “!fuera los periodistas!”

PLAYA DE AUTOS La decena de vehículos indocumentados en Sayari se exhibió a semejanza de una playa de estacionamiento. Por momentos parecía una feria de venta de autos, igual e incluso mejor de la que tiene la ciudad de Cochabamba.

Los rodados eran de varios colores entre los que resaltaron el plateado, azul petróleo y el blanco marfil.

“Compramos los vehículos que tenemos en 5.000 dólares”, reveló un campesino mientras discutía los términos de liberación de los rehenes que tenía la comunidad con las autoridades de la Gobernación de Cochabamba, la Policía Departamental y la Defensoría del Pueblo.

Incluso, cuando uno de los principales retenidos fue puesto en libertad lo trasladaron en un Toyota Ipsum flanqueado por una caravana de rodados a los cuales se conoce, por lo general, con el nombre de Surubís, un modelo similar a una vagoneta 4x4.

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