02 marzo 2015

Ka Hatch rompe el mito del bajo rendimiento del GNV en la altura



“El vehículo a GNV con mayor autonomía del mundo”, el Ka Hatch, un prototipo que rompió el mito del bajo rendimiento de los motores a gas en la altura, terminó su recorrido por Sudamérica tras promover el uso de combustibles ecológicos y establecer una ruta bioceánica “alternativa”.

La “Travesía Bioceánica EGNV”, un proyecto pionero para utilizar vehículos abastecidos exclusivamente con gas natural vehicular (GNV) y etanol, comenzó el 23 de enero y terminó el 11 de febrero, tiempo durante el cual recorrió varias ciudades de Brasil, Bolivia, Perú y Chile. El motorizado que fue parte del proyecto, el Ford Ka Hatch 2014/2015, cruzó Sudamérica de costa a costa, de Salvador de Bahía a Iquique, ida y vuelta.

El Ka Hatch utiliza GNV como combustible principal y etanol como carburante complementario, posee un motor modificado “muy pequeño” 1.0 de tres cilindros y alcanza una velocidad crucero de 80 km por hora. El coche, que tiene instalado un kit de gas de quinta generación—en Bolivia se usan kits de segunda y tercera generación— con un tipo especial de válvula de recarga, puede almacenar 34,5 metros cúbicos (m3) de gas natural y 50 litros de alcohol etílico.

A nivel del mar, los coches que funcionan a GNV recorren unos 25 kilómetros por metro cúbico (km/m3) de gas consumido, mientras que en la altura de Bolivia el rendimiento cae a entre 8 y 12 km/m3. “En la altura boliviana nosotros conseguimos entre 19 y 20” km/m3, explicó el coordinador de la Travesía y secretario ejecutivo del Instituto Surear —promotor de la iniciativa—, Fabrizzio Cedraz, quien presentó el innovador proyecto a autoridades y empresas públicas y privadas de los cuatro países.

El Ka Hatch —que al final del proyecto (agosto) habrá recorrido 60.000 kilómetros— tiene tres tanques de GNV y un tanque externo de alcohol etílico que le permiten recorrer hasta 900 kilómetros en terrenos “suaves” y 700 kilómetros en terrenos “duros”.

SISTEMA. El Ford Ka Hatch “es el vehículo a GNV con mayor autonomía del mundo”, subrayó Cedraz. Los 28 m3 de gas “que cargamos en Santa Cruz fueron más que suficientes para llegar a Cochabamba”, añadió.

A diferencia de otros vehículos que usan gasolina, el motor de este vehículo tiene una tasa de compresión más elevada —lo que le permite obtener un mejor rendimiento con GNV— y cuenta con un sistema avanzado de partida en frío que no necesita de gasolina. Este vehículo “revolucionará” el uso de combustibles en el rubro automotriz, puntualizó Cedriz, quien durante su estadía en Bolivia, a fines de enero, realizó junto a su equipo pruebas en La Paz, a 4.100 metros de altura, para comprobar la eficiencia energética y resistencia del prototipo.

El primer objetivo del proyecto fue promover el uso de GNV y etanol, por ser energías limpias, ambientalmente responsables y eficientes, que son capaces de generar desarrollo económico y social, y de promover la internacionalización de la cadena de biocombustibles en la región.

“La producción de etanol en Bolivia, a través de la agricultura familiar, generaría empleo para la población local”, subrayó Cedraz, quien recordó que el producto, utilizado en el proceso de arranque del Ka Hatch, se obtiene a partir de caña de azúcar o su bagazo, sorgo y residuos de la industria papelera, entre otros materiales.

El proyecto propone también la creación de Corredores Alternativos para la Integración Sustentable Sudamericana —de distribución de GNV, etanol y biodiésel—, así como de Centros de Conversión Autorizados para exportación de motorizados habilitados para uso de gas natural vehicular con garantía de los fabricantes.

METAS. La Travesía cuenta con el asesoramiento técnico de Ford Motor Company de Brasil y el apoyo de empresas e instituciones como Landirenzo, Abegás, Gasmig, Envemo, 3M, Lunarfilm, Special Films, la estatal Bahiagás (que tiene como principal accionista a Petrobras) y del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.

Durante su visita a Bolivia, Cedrez propuso a las autoridades locales proveer inicialmente al Gobierno con una flota de unos 5.000 Ka Hatch anuales, los cuales se ensamblarían en Brasil y tendrían el sistema de GNV de quinta generación. “Este vehículo costaría en Bolivia 37.700 reales ($us 12.900), un precio muy ventajoso” para el país, precisó.

Sin embargo, para que los Ka Hatch puedan ser usados de forma masiva en Bolivia, el Gobierno tendría que incrementar la producción de etanol en el país, implementando plantas de producción con usinas de segunda generación, de las cuales hay pocas en Brasil. Ésta aún “no es una tecnología masiva”, reconoció el coordinador de la Travesía Bioceánica.

Actualmente, Bolivia beneficia con arancel cero a todos los automóviles que originalmente fueron fabricados a GNV, entre otros incentivos fiscales para el uso de este carburante.

La segunda iniciativa

La Travesía Bioceánica EGNV es el segundo proyecto alternativa promovido por el Instituto Surear del Brasil, que en 2012 organizó la primera de éstas con un vehículo modelo Ford Ranger abastecido exclusivamente con B100 (un tipo de biodiésel 100% puro).


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