Hace 30 años, la película The spy who loved me (La espía que me amó) llegó a la pantalla y en ella Roger Moore (James Bond 007) se lanzó debajo de las olas del mar en un vehículo que era una animación. Hoy, con el “sQuba”, el primer coche del mundo en sumergirse, la escena se hizo realidad para los visitantes del Salón del Automóvil en Ginebra.
El deportivo fabricado por la marca Rinspeed y diseñado por la empresa suiza de ingeniería Essoro, puede bucear a una profundidad de 10 metros. Para lograrlo, cuenta con tres motores, uno para la propulsión en la superficie y los otros dos para sumergirse en el agua. Así lo describen en el sitio en internet rinspeed.com; cuya traducción del inglés fue realizada por este diario.
Rinspeed asegura que el modelo es "ecológico", ya que sus motores usan energía eléctrica que es suministrada por baterías recargables de iones de litio; no produce emisiones de gases de escape, sus lubricantes son biodegradables y es descapotable. "Lo fabricamos abierto para que los ocupantes puedan salir rápido en caso de emergencia", explica Frank M. Rinderknecht, jefe de Rinspeed.
Para que el conductor y su pasajero puedan respirar debajo del agua, se han previsto que utilicen tanques con válvulas de oxígeno, similar a un equipo de buceo.
Exteriormente, está formado por piezas de aluminio en relieve de peces y de piel de tiburón, que le dan carácter aerodinámico.
Su tapicería es de material resistente al agua y su acabado es de lujo, tiene diamantes incrustados. Según sus creadores, el vehículo tardará algún tiempo en producirse en serie, pero ya se trabaja en la fabricación de dos encargos que se entregarán a finales del 2011. Y dos ejemplares más saldrán al mercado en el primer trimestre del 2012.

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