07 septiembre 2013

Cuidados para la suspensión

Una marcha suave y cómoda, que el conductor sienta que tiene sus llantas “sobre la tierra”, que el vehículo se agarre en las curvas y que vaya por donde de verdad quiera, son algunas de las cosas que hace la suspensión. Su funcionamiento es la suma del trabajo de muchos componentes que requieren atención y cuidado permanente.

Elemento crítico. Todos sus componentes son vitales, pues ahí no sobran piezas. Pero claramente todo lo que afecte la dirección es crítico ya que afectan el control del vehículo. Por lo general, cuando hay un componente de cualquiera de esos sistemas que esté mal, se debe revisar todo y cambiar al menos por parejas pues el trabajo es simultáneo en ambas esquinas del vehículo.

¿Levantar el automóvil?. Todo lo que sea subir, afecta negativamente el centro de gravedad y causa problemas de estabilidad y frenado porque descompone los ángulos de trabajo de los brazos de las suspensiones. Definitivamente no es aconsejable hacerlo. En la otra dirección, hacia abajo, no es tan grave técnicamente si es algo moderado, pero hay que tener en cuenta la altura sobre el piso porque el vehículo empieza a golpear por debajo y las ruedas pueden pegar con los guardabarros.

Con precaución. Se referirán sobre todo a que las piezas de conexión entre las ruedas y el chasis, que son rótulas, cauchos o bujes, se han gastado y entonces se presentan juegos que equivalen a que las ruedas no están en el sitio correcto pues se mueven sin control en sus ángulos de apoyo con el piso o el paralelismo entre ellas. Se notará de inmediato por inestabilidad en línea recta, chillidos de las llantas al cruzar, tirones del timón hacia un lado o ruidos de esos mecanismos porque golpetean entre sí sus componentes. La vista, el tacto y el oído son claves para encontrar las fallas. Los huecos y las vías en mal estado son su peor enemigo.

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