Mantenimiento periódico. Mantener el auto bien regulado y afinado es clave. Una mala combustión o la mezcla incorrecta de combustible y aire harán que se deteriore el metal del caño de escape.
Manejar con cuidado. Reducir la velocidad al pasar por rompemuelles o badenes, porque el movimiento de rebote podría provocar el desprendimiento del caño de escape o algún golpe, abolladura o agujero.
Evitar calles en mal estado. Es recomendable no pasar en lo posible por pozos, calles en mal estado y, sobre todo, por los suelos empedrados. Estos provocan una vibración que consigue aflojar y romper las soldaduras de las uniones del caño de escape.
Cuidado con la corrosión. Es mejor evitar utilizar el automóvil por tramos cortos, ya que ello provocará una condensación de gases que favorecerá la corrosión del metal del que está hecho el caño de escape.
Si se lo va a personalizar. Es mejor no modificarlo sin una previa consulta al mecánico de confianza, ya que es un mito que ciertos modelos que hay en el mercado le brindan mayor velocidad al vehículo.
La importancia del silenciador. No hay que quitarle el silenciador al caño de escape por cualquier cosa, como los fines estéticos o deportivos que tienen algunos conductores por las consecuencias que pueda traer después.
El uso de silenciadores en los automóviles ha permitido paliar la contaminación ambiental aminorando el ruido producido por el caño de escape.
La importancia del silenciador. No hay que quitarle el silenciador al caño de escape por cualquier cosa, como los fines estéticos o deportivos que tienen algunos conductores por las consecuencias que pueda traer después http://tecniciencias.com
ResponderEliminar