Después de haber presentado el sorprendente Cadenza, Kia llega con otra pieza de excelente factura al mercado de la alta gama en el cual incursiona con la misma persistencia y agudeza que se le han visto en autos más populares y en las SUV. Se trata del Óptima, su última creación, un auto de gran tamaño y con las características de una berlina que se puede colocar en la talla física de los BMW Serie 5 o Mercedes E.
En la industria de automóviles de Corea siempre han existido los carros corporativos, de gran tamaño, hechos a imagen y semejanza de los europeos pero que precisamente por ser unas copias o aproximaciones a las berlinas internacionales de referencia en lujo y accesorios, no han tenido una difusión importante en otros mercados. Acá muy pocos hemos visto.
Pero con el Óptima, la cosa es a otro precio y con diferentes ambiciones porque es una carrocería con un diseño totalmente propio, original y muy bien logrado, que enmarca en cualquier mercado y ofrece diferencias de estilo tan importantes como las que han hecho del Cerato un vehículo de gran aceptación mundial y el primer importado en Colombia, por ejemplo.
Kia no compite en temas de alto rendimiento mecánico ni tampoco pretende tener en este carro cosas muy complicadas en lujo ni en electrónica. No de otra manera podría ofrecer este producto por la mitad del precio lo que un equivalente en tamaño cuesta, pero no por ello deja de ser un automóvil completo, lujoso, bien resuelto, bonito y con todo el equipo que por 80 millones de pesos es una tentación inevitable de probar.
Se estima que pasa de los 200 kph, frena bien gracias a cuatro grandes discos que le dan una visual muy deportiva debajo de los rines -un poco exagerados- de 18 pulgadas y rueda sin problemas en todos los terrenos pues también lo llevamos al destapado.
Se aprecia un comportamiento del automóvil muy señorial y tranquilo, pero no pasa desapercibido por sus líneas. La parte delantera está muy en concordancia con la cara de la nueva Sportage y la forma como juntaron la terminación de la ventana lateral trasera con el paral y el baúl es muy bien lograda y en armonía con el stop que se incrusta casi hasta la mitad del guardafango posterior. Es un carro muy moderno, totalmente alejado de los excesos que tenían los autos coreanos y en línea con el diseño europeo pero con toda su personalidad propia y única.
Más allá de lo que pueda ser este ejemplar, que se vende casi bajo pedido en el país y cuyas entregas tardarán algo en regularizarse pues apenas están saliendo a los mercados internacionales, hay que analizar lo que representa dentro del proceso de crecimiento de Kia, que es la marca de mayor avance en ventas en el mundo.
Esto es muy significativo pues no se trata de progresar sobre un nombre con muchos años de tradición, con redes establecidas, sino de un avance muy agresivo con productos nuevos y en nichos en los cuales la marca no tiene antecedentes como este del Óptima. Kia es parte del grupo Hyundai, que es su socio mayoritario y dentro de la estrategia global del conglomerado, definieron dos escenarios. Hyundai se dedica primariamente a la conquista del mercado enorme de Estados Unidos donde registra una penetración histórica y Kia enfoca baterías hacia Europa y países de gustos y tendencias afines. De ahí la tipología de los carros, que por debajo comparten la misma mecánica.
Otros puntos para destacar al pasar la prueba en este auto son su presentación y acabados. Atrás quedaron los tiempos, al menos en esta marca, del carro coreano barato y con materiales apenas para el gasto. Este Kia Óptima es lujoso, ejecutado impecablemente, discreto y serio, como corresponde a su género de alta gama y en ninguna pieza se advierte un ahorro en calidad o materiales para llegarle al precio tan competitivo que tiene.

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