El mundial de rallys llega a Australia, una cita que verá un nuevo enfrentamiento entre los pilotos de Citroen, los únicos con opciones reales al título, aunque una victoria del galo Sebastien Loeb unido a la diferencia sobre su compatriota Sebastien Ogier, podría aclarar la corona a su favor.
No se lo pondrán fácil los hombres de Ford. Los finlandeses Mikko Hirvonen y Jari-Matti Latvala tienen hambre de victoria después de muchos sinsabores esta temporada, y cuando ambos se están jugando su futuro en la marca.
El rally de Australia, décima cita del año, cambia de entorno para su celebración. Regresa al calendario del mundial tras un año ausente y lo hace en el este de la isla, en unos tramos que ya se disputaron en el mundial en los años sesenta y en algunas pruebas del campeonato nacional 'aussie', por lo que serán nuevas para la inmensa mayoría de los participantes.
Será sobre tierra y los tramos mezclarán zonas lentas y arenosas con rápidas, duras y reviradas por lo que los primeros en salir, sobre todo Loeb el primer día, serán los grandes perjudicados por la situación de la pista.
Citroen tiene a sus pilotos en una pugna particular que le está favoreciendo hasta el punto de que puede conseguir el título de constructores en las antípodas de su lugar de origen. La guerra que mantienen Loeb y Ogier permitiría sumar el título de marcas si consiguieran hacer doblete.
Pero esta 'pelea' no está beneficiando al equipo a nivel interno. Hay muchas disputas en el seno de la estructura y ante lejanía de Hirvonen en la general del mundial, el propio Ogier es el único con opciones de retrasar el octavo alirón de su compatriota, y ya ha declarado que lo va a intentar todo cuanto pueda.
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