Ala hora de pensar en lujos y comodidades, una idea recurrente es la de verse conduciendo un automóvil imponente, sobrio, elegante y de renombrada marca. Los clásicos de siempre aún se mantienen en vigencia, remozados y acondicionados a las necesidades actuales, pero sin perder el toque de distinción del que muy pocos pueden dar cuenta en el mundo.
GRANDES NOMBRES, GRANDES AUTOS. Para ser transportado como los reyes, se requiere contar con un coche capaz de hacer juego con las personalidades más exclusivas.
El Rolls Royce es un automóvil tan clásico como exclusivo. En los años 50, éstos sólo podían ser comprados por los más altos representantes políticos de los países más poderosos, únicamente por cuestiones de imagen. Conforme transcurrió el tiempo, y a consecuencia de la crisis económica, la fábrica tuvo que “extender” su mercado a cualquier comprador con un buen fajo de billetes verdes en las manos.
Por otra parte, la alemana Mercedes Benz hizo de su marca un icono del estilo y sofisticación de los ricos y famosos. La estrella de tres puntas significa la capacidad que poseen sus motores para ser conducidos por tierra, mar o aire, y se convirtió en la fábrica de autos más antigua del mundo.
Otro buen ejemplo de lujo son las norteamericanas Lincoln y Cadillac, cuyos productos únicamente fueron vistos en posesión de grandes estrellas del cine de los años 50 y por supuesto la clase aristócrata y política más rancia de ese país. Cabe recordar que el presidente John F. Kennedy iba a bordo de un Lincoln cuando fue asesinado en 1963.
1 Rolls Royce es la proporción per cápita de cada 65,1 personas en el principado de Mónaco.
Al estilo de bond, james bond... Aston Martin, sin lugar a dudas, es el poseedor del más distintivo toque inglés.
Su fama se disparó a la estratósfera cuando acompañó al agente 007 en algunas de sus películas. Sean Connery hizo mundialmente famoso al DB5 plateado en la cinta Goldfinger, de 1964.
Entretanto, el actor Daniel Craig recorrió los caminos del peligro manejando este automóvil en los filmes Casino Royale, de 2006, y Quantum of Solace, de 2008.
Otros, igual de buenos. Aunque por poco tiempo, Bond también usó autos BMW, Bentley y Lotus Spirit, que se hicieron clásicos instantáneamente.
Un paseo refinado por el tiempo
Varios personajes presumieron lujosos coches a lo largo de la historia.
1917 Vladimir Ilich Lenin poseía nueve Rolls Royce cuando asumió el liderazgo de la Unión Soviética.
1963 El expresidente de Estados Unidos John Kennedy fue asesinado a bordo de un Lincoln descapotable.
1964 La cinta Goldfinger muestra al agente James Bond en un Aston Martin DB5 plateado.
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