El alemán Sebastián Vettel (Red Bull), que el domingo sentenció virtualmente el Mundial de Fórmula Uno al ganar el Gran Premio de Italia, lo hizo en Monza, donde pasó de ser un 'niño prodigio', cuando venció en 2008 con un Toro Rosso, a convertirse en el nuevo 'hombre récord' de la categoría reina.
El piloto alemán aún no alcanza las estratosféricas marcas de su compatriota Michael Schumacher, séptuple campeón del mundo y vencedor en 91 ocasiones, pero nadie en toda la historia iguala las cifras que presenta a su edad.
Vettel, que el pasado 3 de julio festejó su vigésimo cuarto cumpleaños, no pudo contener las lágrimas sobre el podio de Monza -único en el Mundial-, al no soportar en el cajón de honor de la catedral de la velocidad la enorme carga emocional que provoca escribir tan joven la historia de la Fórmula Uno.
Nacido en Heppenheim, muy cerca de Hockenheim -el circuito que alberga habitualmente el GP de Alemania-, Vettel, que firmó la decimoctava victoria de su carrera, un día después de su vigésima quinta 'pole', batirá en breve el último récord de juventud que aún detenta el español Fernando Alonso, que no pudo repetir su victoria del año pasado en Monza y se tuvo que conformar con acompañar en el cajón al 'pequeño Kaiser' de la F1.
Alonso -que las tuvo todas- mantiene aún una plusmarca que está a punto de ceder al germano: la de haber sido, a los 25 años, el más joven en repetir triunfo en un Mundial, cuando revalidó, en 2006, el título logrado un año antes, asimismo en Sao Paulo (Brasil).
Al ganar su primer Mundial, Fernando Alonso batió el récord de precocidad que desde 1972 poseía el brasileño Emerson Fittipaldi.
Ahora, las cosas van mucho más deprisa y si el récord de Fittipaldi y el de Alonso estuvieron separados por 33 años, el de este último duró treinta años menos. En 2008 pasó a poder del inglés Lewis Hamilton (McLaren). Y dos años después lo cogió Vettel. (EFE)
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