Con diferentes precios y métodos, las escuelas de enseñanza de conducción son una buena opción para los que quieren ir detrás del volante.
Las escuelas de enseñanza de conducción están cada vez más vigentes, debido a la demanda de sus servicios, los que varían de instituto a otro, según algunas especificaciones.
Los costos de los cursos oscilan entre los 600 y 850 bolivianos, y los tiempos de duración van desde los 12 días hasta las tres semanas.
La primera autoescuela del país es Indianápolis. Cuando a los esposos Paredes se les ocurrió abrirla, seguramente no imaginaron los alcances de tan brillante idea.
Hoy, la hija del matrimonio, Mercedes, es la gerente de las oficinas aún ubicadas donde la empresa nació, en la calle Sucre, aunque la escuela está en tres ciudades más del país (Cochabamba, Santa Cruz y El Alto). Indianápolis brinda cursos para conductores profesionales y particulares.
Otra escuela especializada en el rubro es Venecia, en la que el alumno puede practicar desde el primer día de clases, en automóviles seguros y con doble comando.
La institución cuenta con apoyo del personal de Viceministerio de Seguridad, para actualizarse constantemente en la actividad, según Rosario Flores, responsable administrativa de Venecia. Además, asegura que “los profesores garantizan a los alumnos una buena enseñanza”.
Para conducir, hay que vencer a los nervios. Lizardo Durán (Venecia) enseña a conducir desde hace casi ocho años; la experiencia le vale afirmar que detrás del volante, el hombre tiene mayor pericia, pero si se apunta a la precaución y responsabilidad, aparece la figura femenina, “la mujer es mucho más cauta que el hombre”, opina. Explica que la clave para aprender es la confianza en uno mismo, “hay que vencer los nervios y sacarse el miedo”, dice Durán, convencido.
El Automóvil Club Boliviano cuenta con una escuela que, entre sus particularidades, brinda licencias internacionales. La secretaria de la autoescuela, Yuli Monroy, explica que el alumno pasa su primera semana de clases en un gabinete, un auto estático que le permite familiarizarse con sus funciones y manejos. Además, la institución tiene un convenio con el Organismo Operativo de Tránsito, mismo que permite, que una vez concluido el curso, el alumno rinda su examen práctico en el Club y reciba un certificado avalado por la entidad policial. El costo del curso para nacionales asciende a 850 bolivianos, y para extranjeros, 1.000 bolivianos.
600 a 850 bolivianos, entre estos montos oscilan los costos para aprender a conducir.
2 comandos de control tienen los vehículos de enseñanza, para garantizar la seguridad.
Los que se animan a ser autodidactas. “Siempre quise aprender a manejar, mi pareja tenía auto y me dio dos clases, me dijo qué hacer y me lancé a practicar en calles vacías”, es el testimonio de Gabriela de Tedesqui, quien además aprovechó sus viajes en minibuses para aprender cuándo debía cambiar de caja. Ella conduce hace más de cinco años y su único miedo es conducir en
El Alto.
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