El vehículo escogido para estrenar este tipo de propulsión ha sido el sedan M, un coche de casi cinco metros que rivaliza con los Clase E, Serie 5 y A6 a base de exclusividad (aunque sea por poco vista), mucho equipo y potencia. Esta la suministran por un lado, un propulsor de gasolina V6 con 306 caballos y por el otro, uno eléctrico que, con 68 caballos, es bastante más habitual de lo que se estila. Cuando ambos funcionan de forma conjunta, entregan un máximo de 364 caballos.
El cambio es automático de siete relaciones y la gestión de la potencia se puede modificar a través de un mando colocado entre los dos asientos delanteros, que cuenta con cuatro modos: snow, normal, eco y sport.
Por supuesto, para sacar el mayor jugo a la faceta ecológica de este modelo, hay que llevarlo en el Eco. Pero que nadie se lleve a engaño: incluso en ese la respuesta es contundente si el conductor así lo demanda.
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