Lo último de la tecnología, la ingeniería, la mecánica y del diseño se fusionaron para dar vida al Bugatti Veyron Super Sport, un vehículo sofisticado, de gran velocidad y con detalles que se roban todas las miradas por las calles o avenidas donde circula. Es, para muchos, el deportivo más deseado del mundo.
El más veloz del mundo. Su motor de ocho litros de cilindrada, 16 cilindros y nada menos que 4 turbos, tracción 4×4, cambio secuencial de siete velocidades, estructura de fibra de carbono y frenos cerámicos son solo una muestra del poderío de esta máquina de la velocidad que alcanza 407 kilómetros por hora. De hecho en su momento estuvo en el Guinnes Record, pero por un aspecto logístico el título de más veloz le fue retirado, aunque nadie pone en duda que lo es.
Diseño especial. Su diseño aerodinámico también brinda un gran aporte para lograr esas velocidades extremas. Tiene alerones móviles que se autorregulan para garantizar la estabilidad a tan altas velocidades y también neumáticos específicos para este modelo capaces de soportar fricciones y temperaturas más propias de un avión. Y es que acelera de 0 a 100 km/h en 2,5 segundos, como un fórmula 1.
El Veyron es una obra de arte y tecnología muy por encima de lo común, al igual que su costó, que limita su acceso a pocos mortales. Cerca de dos millones de dólares.
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