Mantener el vehículo en buen estado es cosa de todos los días y ello implica también tener cuidado con los aromas en el interior del vehículo. Es un aspecto importante no solo para los acompañantes, sino para que conducir sea todo un placer.
El interior de un vehículo es complejo. Tiene varias capas de aislantes de distinta naturaleza, por lo que si no se tienen en cuenta algunos cuidados, los olores al interior podrían permanecer por mucho tiempo.
Mascotas. Llevarlas en el vehículo tiene sus riesgos. Estos animales por naturaleza orinan para demarcar su territorio, su olor es fuerte por lo que si ocurre en su vehículo tendrá una permanencia muy larga. Además, la grasa de su pelaje y la transpiración corren el riesgo de alojarse en el tapizado.
Arcadas. Ya sea de un niño o de un adulto, suele penetrar en especial en los asientos con tapiz de tela. Se descompone muy rápido. Si ocurre un accidente de este tipo, se debe actuar rápidamente aplicando paños o papel absorbente y retirar los elementos afectados para lavarlos.
La leche. Cuando se derrama sobre el vehículo ocurre algo similar al vómito. La limpieza superficial no es útil, por lo que se debe actuar rápido usando paños absorbentes, de lo contrario la leche sufrirá una descomposición afectando el tapiz y originando un olor que no es muy agradable.
El cigarro. El humo es muy perjudicial pues puede impregnarse en el techo y el piso, que son sectores prácticamente imposibles de limpiar de forma casera. Esto se complica si las personas que fuman lo hacen con los vidrios cerrados, en esos casos puede que este olor nunca desaparezca. Una solución parcial pasa por fumar con los vidrios abiertos, aunque lo ideal sería no hacerlo en el automóvil.
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