06 agosto 2015

El incombustible Cupertino Camacho

Arreglar un motor en plena competencia, remontar más de 15 posiciones en unas cuantas vueltas al circuito, armar sus propias motos para competir en carreras nacionales y hasta internacionales, atravesar el país cargando una mochila y mucho coraje casi sin recursos tecnológicos, son solo algunas de las características del incombustible símbolo del motociclismo departamental y nacional Cupertino Camacho.

Y es que don Cuper corrió por todo el país desde cuando cada competencia era un enigma y una verdadera ruleta rusa. Cuando solamente el amor por los fierros y la pasión por el vértigo eran el principal requisito para convertirse en un competidor innato.

Patentó tantas anécdotas en carreras como vueltas dio al país sobre su motocicleta. Y aunque también corrió en autos, confesó que siempre las motos fueron su pasión, pasión a la que sigue ligado como un modo de vida, asistiendo solo a los que saben lo que es tener una asistencia de primer orden y de la mano de un campeón, cuando acuden a su taller mecánico de la calle Falsuri y que hace un par de años trasladó a una cuadra del Teleférico, en la zona de San Pedro, al este de la ciudad de Cochabamba. “Es una forma de vida”, dice.


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