El fabricante automotor japonés Toyota anunció ayer una sociedad con dos prestigiosas universidades estadounidenses, Stanford y el MIT, para acelerar la investigación sobre inteligencia artificial y su aplicación en coches y robots.
Toyota prevé invertir unos 50 millones de dólares en cinco años, que serán repartidos a partes iguales entre la Universidad de Stanford en California y el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Cada institución establecerá centros de investigación conjuntos.
Toyota reclutó como director del proyecto a un especialista en robótica de la Agencia de Defensa de Proyectos de Investigación Avanzada (Darpa, su sigla en inglés) del Pentágono, Gill Pratt.
“Nos concentraremos inicialmente en la aceleración de tecnologías de vehículos inteligentes, con el objetivo inmediato de ayudar a eliminar accidentes y el fin último de mejorar la calidad de vida”, dijo Kiyotaka Ise, responsable de Toyota, en una conferencia de prensa en California.
“Pero el impacto irá más allá de los vehículos”, aseguró el ejecutivo.
Pratt también mencionó la aplicación de la inteligencia artificial en otros aspectos de la vida, como por ejemplo en servicios robotizados a domicilio que ayudarían a los ancianos a mantener su autonomía.
Según un reporte del New York Times, en lugar de competir con empresas como Google y Tesla, que están desarrollando autos que circulan sin la intervención humana, Toyota se centrará sus esfuerzos en el uso de los avances en la tecnología artificial para hacer que los seres humanos sean mejores conductores.
Toyota, indica el diario neoyorquino, la mayor automotriz del mundo, prevé coches del futuro que actuarán como “ángeles de la guarda”, observando el comportamiento de los conductores humanos e intervendrán para corregir errores o evitar colisiones cuando sea necesario.
El programa de Toyota contempla, por ejemplo, el desarrollo de sistemas que en el futuro alerten a los conductores que están dejando su carril y corregir activamente todo tipo de errores de los controladores. Otra posibilidad podría ser utilizar la inteligencia artificial para permitir que personas de mayor edad puedan seguir conduciendo con la asistencia en áreas como la visión y la capacidad de reacción.
Antes de unirse a Toyota, Pratt sirvió como director del programa de Darpa. A partir de 2012, supervisó un concurso de “Grand Challenge” para diseñar robots móviles semiautónomos capaces de realizar tareas útiles en zonas de desastre.
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