El australiano Daniel Ricciardo (Red Bull) ganó el caótico Gran Premio de Azerbaiyán, el octavo del Mundial de Fórmula Uno, disputado en la pista urbana de Baku, tras el cuál el alemán Sebastian Vettel (Ferrari), cuarto, justo delante del inglés Lewis Hamilton (Mercedes), amplió dos puntos su ventaja sobre éste y lidera con 153 y una diferencia de catorce.
Ricciardo, de 28 años, logró su primer triunfo del año y el quinto desde que pilota en F1, al ganar en la capital azerbaiyana por delante del finlandés Valtteri Bottas (Mercedes), que en los últimos metros le arrebató la segunda plaza al debutante canadiense Lance Stroll (Williams), contento con haber logrado su primer podio en la categoría reina, en una prueba que los españoles Carlos Sainz (Toro Rosso) y Fernando Alonso (McLaren-Honda) -que puntuó por primera vez este año- acabaron octavo y noveno, respectivamente.
El simpático piloto de Perth, que hace tres años ganó las únicas tres pruebas que cedió Mercedes y que, tras un 2015 sin triunfos, venció el año pasado en Malasia, supo pescar en río revuelto.
Ricciardo forjó su victoria a partir de la reanudación, tras la bandera roja, de una prueba muy loca, en la que salió décimo y avanzó nueve puestos, protagonizando la segunda mejor remontada del día. Por detrás de la del doble campeón mundial asturiano (2005 y 2006, con Renault), que había arrancado penúltimo y acabó noveno, demostrando una vez más que encuentra oro donde nadie lo busca.
Hamilton había mejorado el sábado, elevándola a 66 (con la quinta del año), la segunda mejor marca histórica de ‘poles’ en F1 del mítico Ayrton Senna -muerto en accidente en el Gran Premio de San Marino de 1994-, año y medio después de igualar los tres títulos mundiales del brasileño, el ídolo de su infancia. Metiéndole de esta forma presión a Vettel, con el que había acortado diferencias -reduciéndolas a 12 puntos- tras ganar por sexta vez en Canadá, y que en Baku arrancó cuarto, por detrás de Bottas y de su compañero el también finlandés Kimi Raikkonen.
Parecía tan claro que Kimi no opondría resistencia a un posible adelantamiento del cuádruple campeón mundial alemán, como que Bottas podría ejercer de ‘tapón’ con una buena salida de Hamilton. Y que ‘Seb’ debía vigilar al holandés Max Verstappen (Red Bull), potencial peligro, que salía sólo un puesto detrás.
Pero el guión de la carrera fue cambiando poco a poco, hasta hacerlo de forma drástica, incluso; y los dos grandes favoritos al título acabaron fuera del podio a orillas del Mar Caspio.
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