Gustavo de Rada inscribió ayer su nombre en la lista privilegiada de ganadores del Gran Premio Nacional de Automovilismo y Motociclismo al consagrarse vencedor absoluto de la vigésima sexta edición corrida entre Tarija y La Paz, y destronó a Armin Franulic, el “amo” de la carrera del año pasado.
El Gran Premio llegó a su final ayer con la etapa que unió a Cochabamba con Oruro y La Paz, la más larga de todas (365 kilómetros con 400 metros), que De Rada también se la metió al bolsillo dándose el gusto de ser el primero en cruzar la meta después de rebasar a cuanto vehículo se le puso por delante en el primer tramo.
El mérito del piloto paceño es doble si se toma en cuenta que, a diferencia de la prueba del año pasado, en ésta de 2008 había otros tres pilotos favoritos que prometían dar pelea de principio a fin, el mismo Franulic, Hernán Paredes y José “Monín” Camacho, pero de todos sólo él “sobrevivió” a una carrera de las más duras que se recuerden en los últimos tiempos y pudo cruzar la meta con el coche
—un Mitsubishi Evolution IX— casi intacto a pesar de haber recorrido 1.505 kilómetros en total, en los que apenas cambió una bomba de gasolina quemada que le hizo perder terreno en la cuarta etapa.
De los otros, Camacho sólo pudo largar y concluir la clasificación, porque después su coche se resintió; Paredes se quedó en la primera etapa y Franulic abandonó en la tercera, salvándose en un accidente con suerte; pero hasta entonces De Rada ya había hecho sobrados méritos para estar en la punta, y a pesar de tener el camino libre, igual imprimió un ritmo estupendo como para no dejar ninguna duda de que fue el mejor de todos hasta cruzar la meta final, ayer en Achica Arriba, donde su familia y sus amigos le esperaban con bombos y platillos para celebrar el triunfo como correspondía y como él y su equipo se lo merecían.
“Es una enorme felicidad ser recibido así. Ha sido una semana maravillosa”, dijo un emocionado De Rada, llevado en hombros por su parcialidad como ocurría en los viejos tiempos del automovilismo con los grandes ganadores.
Vencedor el primer día, durante la clasificación desarrollada en el circuito Valle de Concepción de Tarija, y también de las etapas primera, tercera y quinta, si bien no fue ganador de punta a punta, nunca dejó el primer puesto de la general, en la que le sacó casi una hora de ventaja al segundo, el valluno Ruddy Toranzos, que a la postre fue el mejor de la categoría Libre 1.600. Los otros tres lugares de la general fueron para Gregorio Copa —segundo en la Libre—; el menor de los Herboso, el joven Jonathan, consagrado en las motos, y el veterano Omar Eid, quien se ubicó quinto entre todos los participantes tras una magnífica actuación manejando un vehículo “todoterreno”.
Cuando anoche recibió, en la plaza Murillo, el Toyota cero kilómetros destinado al ganador absoluto de la carrera, y la ovación de todos los presentes en el acto de cierre, De Rada todavía no lo podía creer. Por fin su sueño de ganar un Gran Premio se hizo realidad, 12 años después de haberse subido a un coche de carrera y haber competido por primera vez.
En la historia del Gran Premio, De Rada es el decimoctavo piloto en ganar esta carrera y Armin Franulic —con cinco— sigue siendo el que más triunfos ha obtenido.
La otra mirada
LA QUINTA
De Rada fue vencedor de la quinta etapa entre Cochabamba y Oruro que puso punto final al Gran Premio; segundo en la categoría N-4 fue Fortunato Maldonado y tercero, Sergio López. En la Libre 1.600 dio la sorpresa el orureño Enrique Franco, seguido por Jorge Copa y Jhonny Román. En motos, Freddy Herboso se hizo de la etapa entre Cochabamba y La Paz, superando a Cupertino Camacho y Nelson Andrade. Finalmente, en Todo Terreno, Omar Eid ocupó el primer lugar del podio.
LOS “SOBREVIVIENTES”
De los 79 pilotos que fueron inscritos oficialmente para el Gran Premio, sólo 39 terminaron la carrera. Es decir, abandonaron 40 en total.
En la categoría N-4 comenzaron 12 y terminaron cuatro. En la Libre 1.600, de los 43 inscritos sólo llegaron 21.
En motos concluyeron 13 de 22 registrados. Y en Todo Terreno sólo uno de los dos que comenzaron.
DOS SE DESPIDIERON
El Gran Premio fue la última carrera para Kenny Prieto Barragán. El piloto potosino, con 40 años de historia en el automovilismo, le dijo adiós a las competencias tras cruzar la meta ayer en Achica Arriba.
En esta ocasión se dio el gusto de correr con su nieto Patrick como su navegante en la categoría Libre 1.600.
También fue la última de Nelson Andrade, competidor que llegó desde Estados Unidos para participar en la competencia.
El ganador del Gran Premio en motos del año pasado puso punto y final tras 15 años de carreras. Se fue ocupando el sexto lugar en su categoría.
La frase
Fue un año redondo para mí, porque a nivel de circuitos fui subcampeón en la categoría A-6 y ahora logré el primer lugar en el Gran Premio. Creo que no puedo pedir más porque es el segundo año que corro como piloto”
Ruddy Toranzos
Ganador en Libre 1.600
El duelo en la Libre 1.600 lo ganó Toranzos sobre Copa
El valluno Ruddy Toranzos fue el otro gran ganador del Gran Premio en automovilismo, en un duelo particular que sólo se resolvió en el final con el tarijeño Gregorio Copa, al que le arrebató el primer lugar de la categoría Libre 1.600 en la cuarta etapa y lo defendió con uñas y dientes ayer en la quinta y definitiva.
Copa tenía una misión imposible, la de revertir los seis minutos con 13 segundos que le sacó Toranzos el martes, y la mitad de la hazaña estaba cumplida cuando ambos cruzaron ayer la meta del primer tramo en la ciudad de Oruro, pues logró descontarle tres.
El valluno había elegido mal las llantas para ese tramo, de manera que en la neutralización enmendó el error y mejoró el andar de su vehículo entre Oruro y La Paz, ampliando la ventaja sobre Copa que tuvo que conformarse con el segundo puesto.
El tiempo total de Toranzos fue de 12 horas, 45 minutos, tres segundos y un centésimo; es decir, le sacó seis minutos, 28 segundos y dos centésimas a Copa. Jhonny Román (también valluno) terminó en tercer lugar de la general.
Ruddy Toranzos basó su éxito en las tres últimas etapas del Gran Premio (no había ocupado ninguno de los tres primeros puestos en los tres primeros días de carrera, desde la clasificación hasta la segunda etapa), pues ganó la tercera y la cuarta, en cambio ayer —en la quinta— fue sexto, cuidando que Copa no lo superara, y el tarijeño acabó séptimo.
El piloto nacido en Cochabamba llegó desde Estados Unidos —como lo hizo para cada carrera que hubo en la temporada— con la idea de cumplir un sueño, que era correr un Gran Premio; nunca se había propuesto ganarlo, por lo que ayer no se cambiaba por nadie.
“Así son los fierros. Nos toca alzarnos con la victoria ante un gran y experimentado piloto como es Gregorio. Fue fundamental para nosotros el hecho de que nuestro auto no afrontó ningún tipo de desperfecto mecánico y tampoco pinchado una sola llanta”, dijo Toranzos.
Desde su punto de vista, “la máquina, mi navegante, mi equipo de auxilio y Dios hicieron que alcanzara el objetivo de ganar esta histórica competencia”.
128 Kilómetros, 95 metros a la hora fue el promedio de velocidad empleado por el ganador de la carrera, Gustavo de Rada (N-4), tomando en cuenta las cinco etapas del Gran Premio. Corrió con un vehículo Mitsubishi Evolution IX.
El Gran Premio llegó a su final ayer con la etapa que unió a Cochabamba con Oruro y La Paz, la más larga de todas (365 kilómetros con 400 metros), que De Rada también se la metió al bolsillo dándose el gusto de ser el primero en cruzar la meta después de rebasar a cuanto vehículo se le puso por delante en el primer tramo.
El mérito del piloto paceño es doble si se toma en cuenta que, a diferencia de la prueba del año pasado, en ésta de 2008 había otros tres pilotos favoritos que prometían dar pelea de principio a fin, el mismo Franulic, Hernán Paredes y José “Monín” Camacho, pero de todos sólo él “sobrevivió” a una carrera de las más duras que se recuerden en los últimos tiempos y pudo cruzar la meta con el coche
—un Mitsubishi Evolution IX— casi intacto a pesar de haber recorrido 1.505 kilómetros en total, en los que apenas cambió una bomba de gasolina quemada que le hizo perder terreno en la cuarta etapa.
De los otros, Camacho sólo pudo largar y concluir la clasificación, porque después su coche se resintió; Paredes se quedó en la primera etapa y Franulic abandonó en la tercera, salvándose en un accidente con suerte; pero hasta entonces De Rada ya había hecho sobrados méritos para estar en la punta, y a pesar de tener el camino libre, igual imprimió un ritmo estupendo como para no dejar ninguna duda de que fue el mejor de todos hasta cruzar la meta final, ayer en Achica Arriba, donde su familia y sus amigos le esperaban con bombos y platillos para celebrar el triunfo como correspondía y como él y su equipo se lo merecían.
“Es una enorme felicidad ser recibido así. Ha sido una semana maravillosa”, dijo un emocionado De Rada, llevado en hombros por su parcialidad como ocurría en los viejos tiempos del automovilismo con los grandes ganadores.
Vencedor el primer día, durante la clasificación desarrollada en el circuito Valle de Concepción de Tarija, y también de las etapas primera, tercera y quinta, si bien no fue ganador de punta a punta, nunca dejó el primer puesto de la general, en la que le sacó casi una hora de ventaja al segundo, el valluno Ruddy Toranzos, que a la postre fue el mejor de la categoría Libre 1.600. Los otros tres lugares de la general fueron para Gregorio Copa —segundo en la Libre—; el menor de los Herboso, el joven Jonathan, consagrado en las motos, y el veterano Omar Eid, quien se ubicó quinto entre todos los participantes tras una magnífica actuación manejando un vehículo “todoterreno”.
Cuando anoche recibió, en la plaza Murillo, el Toyota cero kilómetros destinado al ganador absoluto de la carrera, y la ovación de todos los presentes en el acto de cierre, De Rada todavía no lo podía creer. Por fin su sueño de ganar un Gran Premio se hizo realidad, 12 años después de haberse subido a un coche de carrera y haber competido por primera vez.
En la historia del Gran Premio, De Rada es el decimoctavo piloto en ganar esta carrera y Armin Franulic —con cinco— sigue siendo el que más triunfos ha obtenido.
La otra mirada
LA QUINTA
De Rada fue vencedor de la quinta etapa entre Cochabamba y Oruro que puso punto final al Gran Premio; segundo en la categoría N-4 fue Fortunato Maldonado y tercero, Sergio López. En la Libre 1.600 dio la sorpresa el orureño Enrique Franco, seguido por Jorge Copa y Jhonny Román. En motos, Freddy Herboso se hizo de la etapa entre Cochabamba y La Paz, superando a Cupertino Camacho y Nelson Andrade. Finalmente, en Todo Terreno, Omar Eid ocupó el primer lugar del podio.
LOS “SOBREVIVIENTES”
De los 79 pilotos que fueron inscritos oficialmente para el Gran Premio, sólo 39 terminaron la carrera. Es decir, abandonaron 40 en total.
En la categoría N-4 comenzaron 12 y terminaron cuatro. En la Libre 1.600, de los 43 inscritos sólo llegaron 21.
En motos concluyeron 13 de 22 registrados. Y en Todo Terreno sólo uno de los dos que comenzaron.
DOS SE DESPIDIERON
El Gran Premio fue la última carrera para Kenny Prieto Barragán. El piloto potosino, con 40 años de historia en el automovilismo, le dijo adiós a las competencias tras cruzar la meta ayer en Achica Arriba.
En esta ocasión se dio el gusto de correr con su nieto Patrick como su navegante en la categoría Libre 1.600.
También fue la última de Nelson Andrade, competidor que llegó desde Estados Unidos para participar en la competencia.
El ganador del Gran Premio en motos del año pasado puso punto y final tras 15 años de carreras. Se fue ocupando el sexto lugar en su categoría.
La frase
Fue un año redondo para mí, porque a nivel de circuitos fui subcampeón en la categoría A-6 y ahora logré el primer lugar en el Gran Premio. Creo que no puedo pedir más porque es el segundo año que corro como piloto”
Ruddy Toranzos
Ganador en Libre 1.600
El duelo en la Libre 1.600 lo ganó Toranzos sobre Copa
El valluno Ruddy Toranzos fue el otro gran ganador del Gran Premio en automovilismo, en un duelo particular que sólo se resolvió en el final con el tarijeño Gregorio Copa, al que le arrebató el primer lugar de la categoría Libre 1.600 en la cuarta etapa y lo defendió con uñas y dientes ayer en la quinta y definitiva.
Copa tenía una misión imposible, la de revertir los seis minutos con 13 segundos que le sacó Toranzos el martes, y la mitad de la hazaña estaba cumplida cuando ambos cruzaron ayer la meta del primer tramo en la ciudad de Oruro, pues logró descontarle tres.
El valluno había elegido mal las llantas para ese tramo, de manera que en la neutralización enmendó el error y mejoró el andar de su vehículo entre Oruro y La Paz, ampliando la ventaja sobre Copa que tuvo que conformarse con el segundo puesto.
El tiempo total de Toranzos fue de 12 horas, 45 minutos, tres segundos y un centésimo; es decir, le sacó seis minutos, 28 segundos y dos centésimas a Copa. Jhonny Román (también valluno) terminó en tercer lugar de la general.
Ruddy Toranzos basó su éxito en las tres últimas etapas del Gran Premio (no había ocupado ninguno de los tres primeros puestos en los tres primeros días de carrera, desde la clasificación hasta la segunda etapa), pues ganó la tercera y la cuarta, en cambio ayer —en la quinta— fue sexto, cuidando que Copa no lo superara, y el tarijeño acabó séptimo.
El piloto nacido en Cochabamba llegó desde Estados Unidos —como lo hizo para cada carrera que hubo en la temporada— con la idea de cumplir un sueño, que era correr un Gran Premio; nunca se había propuesto ganarlo, por lo que ayer no se cambiaba por nadie.
“Así son los fierros. Nos toca alzarnos con la victoria ante un gran y experimentado piloto como es Gregorio. Fue fundamental para nosotros el hecho de que nuestro auto no afrontó ningún tipo de desperfecto mecánico y tampoco pinchado una sola llanta”, dijo Toranzos.
Desde su punto de vista, “la máquina, mi navegante, mi equipo de auxilio y Dios hicieron que alcanzara el objetivo de ganar esta histórica competencia”.
128 Kilómetros, 95 metros a la hora fue el promedio de velocidad empleado por el ganador de la carrera, Gustavo de Rada (N-4), tomando en cuenta las cinco etapas del Gran Premio. Corrió con un vehículo Mitsubishi Evolution IX.
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