Su padre, Freddy, le compró una moto a sus 12 años, desde que subió al vehículo se sintió campeón y no se bajó más. El sueño de Jonathan Herboso se hizo realidad. A los 18 años debutó y fue el campeón más joven del Gran Premio Nacional (GPN) de Automovilismo y Motociclismo que se corrió del 27 de noviembre al 3 de octubre del 2008.
El piloto cochabambino sorprendió en la ruta, porque desde la clasificación en Tarija hasta la meta final en La Paz no soltó la punta. Ganó cuatro de las cinco etapas a su padre. Ellos hicieron el uno y dos en la clasificación final del motociclismo. Su máquina es una Honda CRFX modelo 2008, de largo aliento, cuesta 8.000 dólares.
Herboso recuerda que la pasión tuerca nació desde niño. “Con la moto que me compró mi papá entrené y debuté con un sexto lugar en el Clausura del 2002 y desde ahí no bajé de la máquina”, inicia su historia.
El deportista vive en la Recoleta de Cochabamba y diariamente le ayuda a su padre en la venta de motos. Dos veces a la semana le roba tiempo a la “responsabilidad” para prepararse y estar en forma para cada competencia. “El motociclismo es de mucha resistencia física. Antes de correr el Gran Premio fui al gimnasio. Si uno quiere estar de líder tiene que estar muy bien físicamente”, afirma Herboso, quien bajó cinco kilos de los 80 que tenía. Su primera experiencia en el Gran Premio fue inolvidable y cuenta que quedó impactado por el apoyo, el cariño y el recibimiento de la gente.
“No te imaginas lo bonito que se siente ver al público que le gusta este deporte. Estoy feliz porque los corredores hicimos el espectáculo para unir a la familia boliviana”, se emociona el ex campeón 2007 de bicicross.
Llegó agotado a las metas, pero el aficionado le invitaba refresco, salteñas y empanadas. Lo que le inyectaba de ánimos para seguir en la carretera.
La meta fue salir primero y segundo con su padre y cumplieron con la estrategia. “Usamos la parte táctica para ser primero. El buen uso de las llantas y de la transmisión para que la moto sea más veloz con cajas altas y bajas, de tal manera que se pueda acelerar en unos tramos o seguir en carrera cuando se traba y sólo hay posibilidad de seguir con una sola velocidad”, cuenta el joven motociclista en lenguaje técnico y muy emocionado.
La travesía por siete departamentos durante ocho días, Herboso la vivió intensamente montado sobre su motocicleta, él tiene algo que comentar de cada etapa.
“La primera, entre Tarija y Potosí fue larga, porque se disputó en tierra y asfalto. En el asfalto no podía andar bien, pero saqué ventaja. El tramo Potosí-Sucre fue el más fácil porque era bajada en asfalto. Sucre-Santa Cruz fue cansador por la lluvia. Fue la peor etapa. Santa Cruz -Cochabamba parecía la más fácil, pero con la lluvia fue increíble, no se podía andar, adiviné el camino”.
Tras la buena actuación, Jonathan tendrá auspicio el 2009, porque firmó contrato con Visal Honda. La empresa Becar le dotará de casco, ropa y botas. “Agradecer a mis auspiciadores Hitec, Becar, Visal Honda, Nosiglia Sport. Gasté cerca de 1.500 dólares. Venderé la Honda Tornado que gané, será mi capital para abrir una tienda de motos”, dice el campeón del Gran Premio.
Herboso probó este año entrar al automovilismo, de copiloto de su papá, pero no le gustó, lo de él son las motos.
Su primer objetivo sobre la moto será volver a ganar el título en la categoría 125 (MX-2), porque el 2008 sólo le alcanzó para el subcampeonato, detrás del cruceño Jorge Gamarra.
El piloto cochabambino sorprendió en la ruta, porque desde la clasificación en Tarija hasta la meta final en La Paz no soltó la punta. Ganó cuatro de las cinco etapas a su padre. Ellos hicieron el uno y dos en la clasificación final del motociclismo. Su máquina es una Honda CRFX modelo 2008, de largo aliento, cuesta 8.000 dólares.
Herboso recuerda que la pasión tuerca nació desde niño. “Con la moto que me compró mi papá entrené y debuté con un sexto lugar en el Clausura del 2002 y desde ahí no bajé de la máquina”, inicia su historia.
El deportista vive en la Recoleta de Cochabamba y diariamente le ayuda a su padre en la venta de motos. Dos veces a la semana le roba tiempo a la “responsabilidad” para prepararse y estar en forma para cada competencia. “El motociclismo es de mucha resistencia física. Antes de correr el Gran Premio fui al gimnasio. Si uno quiere estar de líder tiene que estar muy bien físicamente”, afirma Herboso, quien bajó cinco kilos de los 80 que tenía. Su primera experiencia en el Gran Premio fue inolvidable y cuenta que quedó impactado por el apoyo, el cariño y el recibimiento de la gente.
“No te imaginas lo bonito que se siente ver al público que le gusta este deporte. Estoy feliz porque los corredores hicimos el espectáculo para unir a la familia boliviana”, se emociona el ex campeón 2007 de bicicross.
Llegó agotado a las metas, pero el aficionado le invitaba refresco, salteñas y empanadas. Lo que le inyectaba de ánimos para seguir en la carretera.
La meta fue salir primero y segundo con su padre y cumplieron con la estrategia. “Usamos la parte táctica para ser primero. El buen uso de las llantas y de la transmisión para que la moto sea más veloz con cajas altas y bajas, de tal manera que se pueda acelerar en unos tramos o seguir en carrera cuando se traba y sólo hay posibilidad de seguir con una sola velocidad”, cuenta el joven motociclista en lenguaje técnico y muy emocionado.
La travesía por siete departamentos durante ocho días, Herboso la vivió intensamente montado sobre su motocicleta, él tiene algo que comentar de cada etapa.
“La primera, entre Tarija y Potosí fue larga, porque se disputó en tierra y asfalto. En el asfalto no podía andar bien, pero saqué ventaja. El tramo Potosí-Sucre fue el más fácil porque era bajada en asfalto. Sucre-Santa Cruz fue cansador por la lluvia. Fue la peor etapa. Santa Cruz -Cochabamba parecía la más fácil, pero con la lluvia fue increíble, no se podía andar, adiviné el camino”.
Tras la buena actuación, Jonathan tendrá auspicio el 2009, porque firmó contrato con Visal Honda. La empresa Becar le dotará de casco, ropa y botas. “Agradecer a mis auspiciadores Hitec, Becar, Visal Honda, Nosiglia Sport. Gasté cerca de 1.500 dólares. Venderé la Honda Tornado que gané, será mi capital para abrir una tienda de motos”, dice el campeón del Gran Premio.
Herboso probó este año entrar al automovilismo, de copiloto de su papá, pero no le gustó, lo de él son las motos.
Su primer objetivo sobre la moto será volver a ganar el título en la categoría 125 (MX-2), porque el 2008 sólo le alcanzó para el subcampeonato, detrás del cruceño Jorge Gamarra.
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