"Parecía que no llegaba nunca este momento. Sabíamos que estábamos haciendo bien las cosas, que todo estaba saliendo bien, pero los últimos días no pasaban y ha sido una edición súper dura, donde no ha habido una jornada tranquila", dijo el catalán al llegar a Buenos Aires, donde finalizó la última etapa.
El catalán mostró su agradecimiento a todo su equipo en KTM y en especial a su 'mochilero', el español Joan Pedrero, que "ha hecho mucho más de lo que se le pedía".
La victoria, dijo Coma, refleja el trabajo de todo un año en el que hubo que adaptarse a una nueva moto de menor cilindrada y más ligera, con las dudas que esto conlleva.
"Tenemos experiencia, el equipo conoce bien el tipo de carrera que es el Dakar y lo que necesitamos, así que estamos muy contentos.
Pero al principio siempre hay alguna duda", indicó.
Aunque señaló que no recuerda ningún Dakar que haya sido fácil, Coma destacó la particular dureza de este año, lo que le da más valor al triunfo.
"Sabemos que el Dakar es muy duro, pero este año lo ha sido especialmente. Esta victoria es la recompensa por todo el trabajo, ha sido una larga labor", dijo.
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