Desde el 20 de mayo, este diario hizo un recorrido por la plaza principal y la avenida Heroínas, donde están el Comando Departamental de la Policía y la unidad de Orden y Seguridad, para fotografiar los vehículos que están allí parqueados.
Según la información a la que accedió OPINIÓN en estos sectores sólo pueden parquear funcionarios policiales, y los efectivos de guardia no permiten que carros de civiles estacionen en la zona.
Las placas fotografiadas fueron contrastadas posteriormente con el sistema del Registro Único para la Administración Tributaria (Ruat), y llamó la atención que un 25 por ciento de los vehículos que estacionan en estos lugares enfrenta algún tipo de irregularidades.
Por ejemplo, en la avenida Heroínas entre España y 25 de Mayo estaba parqueado, el sábado 21 de mayo, un automóvil Chevrolet con la placas hechizas y clonadas de otro Chevrolet 1862 NPH que radica en Santa Cruz y que es de color plateado.
Este carro, según fuentes policiales, era conducido por un efectivo de la Dirección Investigación Policial (DIDIPI) y habría sido vendido a otro uniformado.
Otro vehículo con placas clonadas fue hallado en la avenida Heroínas, frente a Orden y Seguridad. Se trata de un auto negro Toyota Célica que lleva la placa 2246 PBG, pero en el Ruat la misma placa le corresponde a una vagoneta Toyota Corolla Spacio plateada que radica en Oruro.
También frente a Orden y Seguridad se encontró un auto Toyota Cynos que llevaba la placa 1766 NGS, que en el sistema Ruat le pertenece a una vagoneta Toyota ACE y está reportada como robada en el registro de Diprove.
En la avenida Heroínas casi España, una vagoneta blanca Suzuki llevaba una placa hechiza (como las que fabrican los viñeteros y serigrafistas) con el número 2551 DFA, que ni siquiera está registrada en el sistema Ruat.
Un Toyota Vitz negro con placa 2085 DTF, que estaba cerca del parqueo de las heladerías de la avenida Heroínas, figura en el Ruat como una vagoneta Toyota Town ACE Noah blanca cuya radicatoria también está en Cochabamba.
Frente a Orden y Seguridad, la placa 1064 YYD que estaba detrás del parabrisas de un automóvil blanco, figura en el Ruat como pertenciente a un camión negro F12.
¿QUÉ DICEN LOS JEFES?
El Comandante Departamental de la Policía, coronel Hernán Trujillo, dijo que él no está al tanto de si frente a las aceras de Orden y Seguridad y del Comando sólo pueden estacionar uniformados, pero confirmó que existe una instructiva que prohíbe a los policías conducir vehículos indocumentados y peor aún clonados. “Si estos carros son de policías, cada uno debe atenerse a las consecuencias”, dijo.
LA CLONACIÓN
Es un delito nuevo y puede afectar a todos los propietarios de vehículos. En principio, la definición de la clonación de vehículos en otros países es sencilla: dos autos del mismo color, modelo, placa y póliza, pero sólo uno es verdadero. Precisamente lo que ocurrió con una camioneta en La Paz, que hizo caer al excomandante general de la Policía, Ciro Farfán. Sin embargo, existen casos a los que también llaman clonación de segunda, porque varía una característica, como el color, entre los vehículos “hermanos”.
Clonar un documento es una tarea muy difícil, por lo que se cree que existe una red detrás de estas actividades ilícitas que involucra a funcionarios demás de una institución, que esté relacionada con la fiscalización, control y entrega de esos trámites.
Las mafias que se dedican al robo de autos en Chile, Brasil, Argentina, Paraguay y Perú han encontrado la forma de introducir los vehículos al país falsificando la placa y la póliza. En otros casos, y sólo para facilitar la circulación en las vías públicas, les fabrican placas de vehículos de características similares, aunque varía el chasis y el color de los carros.
En el proceso de internación, registro y control de un vehículo adquirido intervienen desde la agencia aduanera, la Alcaldía (de cada ciudad) que da las placas, hasta Tránsito y Diprove.
RIESGOS
Los peligros de la clonación de un vehículo de lujo alcanzan tanto al que compró el carro legalmente como al que lo hizo de segunda mano.
Para la persona que tiene un auto legal, el riesgo es grande, no sólo al momento de hacer una transferencia o al saldar impuestos, sino porque al ser quien figura realmente en el sistema Ruat podría terminar pagando multas, infracciones que cometió el otro vehículo o incluso pagando por un crimen que no causó.
Por ejemplo, si un carro clonado atropella a una persona en una avenida y se da a la fuga, pero un testigo anota la placa del prófugo y la entrega a la Policía, el dueño del vehículo original podría ser acusado.
Este tipo de problemas ya se ha dado en ciudades como Moscú, Rusia, donde los propietarios de vagonetas de lujo se quejaban constantemente de las sanciones que la Policía les hacía llegar a sus domicilios sin que ellos las hubieran cometido.
No fue hasta que un joven decidiera analizar y ampliar las fotografías que toman las cámaras de seguridad instaladas en las calles (como prueba de las infracciones), que descubrió que no era su vehículo el infractor. Tenía las mismas placas y era de la misma marca y color, pero los accesorios variaban. Así fueron descubiertos los clones de centenares de vehículos en Rusia.
En cuanto a la persona que adquirió el clon de un carro legal, al ser descubierto podría perder su inversión.
Los clonadores toman apuntes de las placas y las características de los autos que ven en las calles. De alguna forma consiguen una póliza falsificada, de forma tal que cuando pasan por alguna revisión o control no surge ninguna sospecha porque todo coincide.
Lo único que varía es el número de chasis y ésa es una de las formas de comprobar la irregularidad.
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