"Todos los autos que circulan en el centro urbano de Challapata son chutos, pero la Policía no tiene pisada aquí". Ésa es la carta de presentación del vendedor que se ha ofrecido a "dar una vuelta" con nosotros y demostrarnos las cualidades del vehículo Mazda que quiere vendernos.
Y esta afirmación del comerciante de chutos es confirmada por la Policía en Oruro. "No nos permiten ingresar, por eso no hacemos ningún control", asevera un jefe policial que prefiere mantener su nombre y cargo en reserva.
"Si los del COA (Control Operativo Aduanero) se atreven a entrar, los hacemos corretear", afirma el chutero.
Las personas que comercializan vehículos chutos en Challapata usan como anzuelo para convencer a los compradores la Ley de Saneamiento Legal de Vehículos, aprobada la noche del jueves por la Cámara de Diputados.
Sin embargo, el vicepresidente Alvaro García Linera se apuró en advertir que se confiscará los vehículos que no tengan sus papeles al día, luego de que se promulgue la ley y se venza el plazo de 15 días que otorga la normativa.
AUTOS ROBADOS Un vendedor en Challapata reconoce que en la playa de autos de esta población y en algunas de sus calles se venden autos robados en Chile, algunos de los cuales permanecen con las placas de ese país.
Lucas, otro comerciante, explica que los choferes que ingresan los autos desde Cariquima (Chile) o Sabaya (Bolivia) conocen caminos de tierra que atraviesan pueblos pequeños, donde deben pagar diez bolivianos en las trancas de las comunidades.
El jefe policial de Oruro asegura que según los datos que le fueron enviados desde Chile, en los últimos cinco años se robaron al menos 50 mil vehículos en ese país. Este mismo oficial señala que al menos el 80 por ciento de estos motorizados llega al país.
"Nos estamos convirtiendo en los albertos (compradores de cosas robadas) de Sudamérica", asegura el policía.
Otro oficial interviene y relata que varias semanas atrás un grupo de policías ingresaron en forma encubierta a Challapata y empezó a preguntar por los precios de los vehículos.
"Unos challapateños se nos acercaron para decirnos que sabían que éramos policías y que teníamos diez minutos para dejar el pueblo", relata el oficial.
El policía concluye su narración asegurando que no se tomaron diez sino cinco minutos para acabar su comida, subirse a sus vehículos y marcharse del pueblo.
Los pobladores de Challapata, además de manejar vehículos sin documentos, no tienen licencia de conducir. Pero eso tampoco es problema, ningún policía se anima a controlar este requisito.
En el pueblo existe una jefatura policial con diez efectivos, incluidas dos policías mujeres de la Brigada de Protección a la Familia, pero "se hacen de la vista gorda", según el jefe policial de Oruro.
BONANZA Las calles de Challapata, la mayor parte de tierra o cubiertas con losetas, se han convertido en espacios donde se ofertan vehículos chutos (indocumentados) de lunes a viernes, pero en mayor cantidad los días de feria, sábado y domingo.
Challapata es una población altiplánica ubicada a 121 kilómetros al sur de Oruro. Su economía, según los pobladores del lugar, se basa en la ganadería (crianza de vacas) y el cultivo de la quinua.
Sin embargo, después de recorrer durante un par de horas por las calles de esta población se puede observar que la economía de este pueblo gira en torno a la venta y compra de vehículos chutos.
Tres datos llaman la atención del viajero que llega a esta población, sus calles amplias, la proliferación de restaurantes y alojamientos, además de por lo menos una treintena de talleres de transformación de autos chutos.
Doña Gumercinda ha nacido en Challapata y vive en la calle Ortega desde que era una niña, según recuerda. Asegura que esta población subsistía gracias al cultivo de la quinua, la producción de la leche y la elaboración del queso de vaca, pero desde que "aparecieron" los vendedores de autos "todo ha cambiado".
Esta mujer de aproximadamente 60 años explica que los jóvenes han dejado las labores agrícolas y se dedican ahora a trabajar en los talleres de transformación, algunos son choferes, mecánicos o han abierto sus negocios para venta de comida.
"Ahora hay más movimiento económico", apostilla la mujer que ahora atiende un almacén de abarrotes y refrescos.
Otra referencia importante que apuntala la aseveración de los habitantes de este pueblo, de que la economía está creciendo, es el gran movimiento diario de personas entre la ciudad de Oruro y la población de Challapata.
Transportistas se oponen
Los transportistas federados de Oruro rechazan la aprobación de la Ley de Saneamiento Legal de Vehículos porque argumentan que el ingreso de cientos de autos a esa ciudad congestionará las calles y avenidas.
Los choferes de cinco asociaciones bloquearon el pasado martes las principales calles y avenidas de Oruro para expresar su desacuerdo respecto a la amnistía para legalizar autos internados al país mediante el contrabando y cuyos propietarios no cuentan con documentación.
El dirigente de los transportistas Jaime Achura aseguró que si la Asamblea Legislativa no retrocede en su posición de llevar adelante la nacionalización de miles de vehículos chutos, el transporte de esta ciudad ingresará a un paro indefinido la próxima semana.
Achura aseguró que algunos contrabandistas ingresan cada día hasta 50 movilidades. "Unas diez personas se están beneficiando con el ingreso de vehículos", afirmó.
Explicó que con el ingreso de más vehículos sus ganancias bajarán por la “gran competencia”.
Los precios de los vehículos chutos se duplican por anuncio de nacionalización
El precio de los autos chutos se duplicó en Challapata desde que se conoció la noticia de que la Asamblea Legislativa estaba considerando el proyecto de Ley de Saneamiento Legal de Vehículos, aprobada la noche del jueves en la Cámara de Diputados.
Los vehículos Toyota Ipsum, Nissan y Mazda que se comercializaban en 3.000 dólares aproximadamente, ahora se venden a 6.000 dólares, según confirmaron en Challapata los comercializadores de autos sin documentos.
Un vehículo Toyota Rav, modelo 2008 4 x 4 es ofertado ahora en 6.500 dólares. Un mes atrás se lo podía conseguir, regateando, hasta en 3.500.
El vehículo utilizado por los taxistas en varias ciudades del país, el Toyota Caldina o el Corolla, también modelo 2008 se puede adquirir en 4.500 dólares.
Los chuteros que llegan con vehículos desde Chile adquieren en el país vecino, por ejemplo, los Toyota Noah en 4.500 dólares y los venden en el país a 8.000 o en 6.700.
Los vehículos 4 x 4, todo terreno y de lujo es posible adquirirlos en Challapata en precios considerados bajos por los compradores que llegan hasta esta población.
Un Mazda 4 x 4 modelo 1998 cuesta 5.200 dólares, mientras que un Mitsubishi, también todo terreno se puede adquirir en 6.500 dólares.
Un Toyota Spacio se ofertó en 4.600 dólares y se lo vendió en 4.400 dólares.
Es posible también conseguir un BMW descapotable, "un poco chocado" en 3.800 dólares.
Bladimir es un comercializador de vehículos que trae vehículos desde Chile. Su travesía comienza en la Iquique (Chile) y termina en Challapata (Bolivia).
Para trasladar los vehículos desde el país vecino, Bladimir contrata conductores que toman la ruta de Cariquima (frontera Bolivia-Chile), pasan por el salar de Uyuni, atraviesan algunas poblaciones orureñas como Sevaruyo y Huari, para finalmente llegar a Challapata.
Este comercializador de chutos considera que éste es un negocio redondo en el que puede ganar casi el cien por ciento de lo invertido.
"Y con la amnistía es más fácil para el comprador, porque no va a tener ningún problema", remata.
Autos con placas chutas y vehículos gemeleados a la venta
"Acabo de llegar, por eso todavía tiene polvo. No he podido lavarlo", asegura Martín, un vendedor de autos que espera a sus clientes en la feria del pueblo, una plaza donde además los comerciantes ofrecen comida, ropa usada, electrodomésticos y utensilios para el hogar.
¿Cuánto pides por el Mazda? le preguntamos.
Al notar nuestro interés, se incorpora de su asiento, se toma un par de segundos para desperezarse y responde "4.400 dólares. Pero, es charlable".
¿Cuánto quieres pagar? pregunta a quemarropa "Te lo doy en cuatro" contraataca el comerciante. "Tiene tres filas de asientos, si es para tu familia, hasta siete pueden entrar. Una tojla (mujer) también puedes llevar atrás", asegura e inmediatamente lanza una carcajada.
Explica que las placas (incluida la tercera) rosetas y documento de reexpedición (falsificados), se los puede conseguir en el mismo pueblo, a cien o ciento cincuenta dólares.
Asegura que el cambio del volante del lado derecho al izquierdo "tampoco es problema". En el pueblo se han instalado al menos una treintena, o más, talleres de transformación.
Inmediatamente llegamos a uno de estos talleres y pedimos al propietario, de nombre Claudio, la cotización para un Mazda modelo 98.
Asegura que transformar un Mazda es más difícil que el Toyota o el Nissan, por lo que el precio es de 340 dólares. "Pero, es un trabajo garantizado y te entrego en tres días", complementa.
Los vendedores de autos en Challapata no solamente ofrecen placas y rosetas chutas sino también autos gemeleados. La explicación llega inmediatamente, son vehículos que tienen las mismas características que otro motorizado en color, modelo, marca, se consigue una placa con el mismo número y se remarca el chasis para que también éste coincida.
Apuntes.
Challapata.
Población de la provincia Abaroa del departamento de Oruro, ubicada a 121 kilómetros
al sur de la capital.
Para llegar a esta localidad se puede abordar el bus en la terminal de Oruro, pero también hay taxis y trufis que viajan hasta Challapata.
Cada media hora
El tránsito de ómnibuses es constante. Cinco empresas trasladan cada media hora a los pasajeros entre estas dos ciudades. Challapata, 16 de Julio, Azonaque, 23 de Marzo y San José son las compañías que disponen de buses para los viajes desde las 6:00 de la mañana hasta las 8:00 de la noche.
Crecimiento
Challapata ha crecido según sus pobladores.
Las casas son de uno o dos pisos, construidas con ladrillo y láminas de zinc; y algunas (muy pocas) se sostienen en paredes de adobe coronadas con techos de paja. El sector norte de esta población conserva todavía estas características de pueblo colonial.
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