El sobrecalentamiento del motor puede ser ocasionado por cualquier situación que disminuya la habilidad del sistema de enfriamiento para absorber, transportar y disipar el calor. Luis Yáñez, gerente técnico de la empresa concesionaria Imcruz, menciona las causas más comunes y algunos consejos en caso de que el conductor se tope con este problema.
Fugas de refrigerante. Esta es la principal causa del sobrecalentamiento. Posibles puntos de fugas incluyen las mangueras, el radiador, la bomba de agua, carcasa del termostato, radiador del calefactor, empaque de la cabeza, tapones de protección contra congelamiento, enfriador de aceite de la transmisión automática, cabeza de cilindros y monoblock.
Con el aire encendido. En condiciones especialmente exigentes para el motor, como días de fuerte calor circulando despacio en carreteras o en lugares con muchas pendientes, o en embotellamientos y con el aire acondicionado funcionando, el control del termómetro de temperatura del motor debe ser continuo.
Y si el conductor observa que comienza a subir, antes de que se alcancen temperaturas perjudiciales para el motor se deben tomar algunas precauciones, como parar la marcha.
En verano y sobre todo, en medio de un atasco, es sumamente doloroso que la temperatura comience a subir considerablemente y no es posible parar el auto para intentar descubrir por qué se calienta, se puede intentar remediar el problema poniendo la calefacción a tope. Al conectar la calefacción se añade el circuito de refrigeración una considerable cantidad de agua fresca, que de momento ayudará a reducir unos grados la temperatura del motor.
Recomendaciones. Existen algunos controles que se deben realizar para evitar este problema, como revisar las mangueras de circulación de agua, fijarse que no tenga roturas para que no pierda el agua.
También controlar el electro ventilador y su función para mantener estable la temperatura del motor. De esta manera también se evitará la corrosión, el desgaste rápido o el rompimiento irreversible que es el calentamiento excesivo.
Fijarse de las correas o asegurarse de que no estén cortadas o dañadas para que la bomba de agua no se pare, al igual que el alternador del automóvil.
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