Los automóviles equipados de radares capaces de evitar o reducir el impacto de los choques, sin intervención del conductor, podrán popularizarse en muy pocos años si se acuerda atribuir a esta tecnología el uso de la misma frecuencia del espectro electromagnético.
El dispositivo destinado a garantizar una conducción “libre de accidentes y heridas” -según los expertos que participan en el proyecto para su implementación internacional- está actualmente disponible en ciertos modelos de automóviles de lujo.
El sistema consiste en un radar de corto alcance y alta resolución “para escenarios complejos de tráfico” y que funciona en gran medida de manera autónoma al conductor, según dijo el representante de la compañía Bosch, Junger Hildebrant, al presentar esta tecnología a la prensa en Ginebra.
A través de sensores colocados en distintos lugares del automóvil, el radar tiene funcionalidades de observación de frente, de costado y por detrás. Por la parte frontal, el radar es capaz de identificar la distancia y objeto que se desplaza por delante y de ayudar al conductor a adaptar su velocidad, además de contar con un sistema de frenos que se activa de forma autónoma cuando se detecta un peligro inminente de colisión.
A altas velocidades, esta tecnología “ayuda” al conductor, de modo que cuando apenas pisa el pedal de freno, éste reacciona a una potencia mucho mayor.
De ambos lados, el radar resuelve el problema de los “ángulos muertos”, responsable de muchos accidentes cuando se decide cambiar de carril y hay una moto o bicicleta que no aparece en el espejo retrovisor lateral, pues avisa al conductor de su presencia.
En relación a los choques por la parte posterior, el sistema incluye un dispositivo de “pre-choque” que “prepara el vehículo” a una inminente colisión por detrás y cierra las ventanas, coloca los asientos en posición vertical y adapta el reposacabezas en segundos.
El sistema usa una banda ancha que ofrece una buena resolución y permite discriminar mejor los objetos, lo que es esencial para las funciones más recientes que los fabricantes han incorporado, como la detección de peatones o el sistema de frenado de emergencia.
Por el momento, sólo la UE, Singapur y otros pocos países han atribuido la banda para ese fin, mientras que Japón lo hará antes de finalizar este año y EEUU va en camino de hacerlo.
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