Imponen el silencio. En realidad son discos que absorben los golpes y se ubican en diferentes puntos entre la suspensión y el marco del vehículo. Los bujes aportan flexibilidad entre las partes movibles manteniendo un grado de dureza y por lo tanto, de control. Protegen al auto contra la vibración del camino y el ruido, evitan el uso excesivo de las partes más caras del sistema de suspensión.
¿De qué están hechos?. Estos accesorios pueden ser hechos de compuestos suaves de hule o de sintéticos muy rígidos, como el poliuretano; este último es preferible porque no se afecta por las temperaturas o la corrosión. No se hace quebradizo y ruidoso en climas fríos, ni se funden si el buje está localizado, por ejemplo, cercano al escape. Contrario al hule, este material tampoco se deteriora por químicos corrosivos usados en los caminos como la sal o de aceites a los que puedan estar expuestos en el marco del auto.
Algunos peligros. Una dirección errática o floja puede resultar en que los bujes de hule se vuelvan demasiado suaves y muy flexibles. Crujidos, pequeñas explosiones y excesivo ruido en el camino dentro del auto pueden resultar que el marco se mueva demasiado y el buje ya no esté proporcionando el amortiguado adecuado.
Los problemas en la suspensión son notorios
Los daños de los componentes de la suspensión suelen ser más evidentes y notorios, a la vez que más fáciles de reparar pues son partes que trabajan a la vista y su cantidad es bastante menor, por ejemplo, a los componentes del motor o la caja.
Por lo tanto, es menos factible que se preocupen en reparaciones innecesarias ya que uno mismo puede ver las partes dañadas y son sistemas que trabajan de manera independiente por lo cual el diagnóstico es más fácil.
Por eso, aunque es viable caminar con muchas partes de dirección, suspensión y frenos en mal estado se está generando un alto riesgo de accidentes.
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