10 marzo 2013

Aumenta el caos vehicular en Oruro con los minibuses

El caos vehicular en la ciudad de Oruro aumenta con la gran cantidad de minibuses que transportan pasajeros como sardinas, bien apretados, particularmente en el horario de ingreso y salida de las fuentes de trabajo o cuando se tienen que recoger a los miles de estudiantes que acuden a sus colegios y escuelas.

Los pequeños vehículos, aparte de ser incómodos, hacen largas filas por las calles céntricas, para pasar de Sur a Norte y viceversa. Basta apreciar la calle Soria Galvarro, desde la calle Montecinos hasta la calle Bolívar, donde los mini motorizados "parecen que estuvieran formando un nuevo servicio de ferrocarril, del mismo tamaño y uno tras otro, que se mueven poco a poco".

El caos vehicular aumentó con los vehículos que han sido nacionalizados, por la fuerza, el 2011. Los sindicatos de transporte, sin darse cuenta, siguen creciendo. Su parque automotor aumenta notoriamente, hasta desplazar a los viejos micros verdes, amarillos o anaranjados que ya parecen reliquias, porque se los ve con poca frecuencia, mientras que los minibuses abundan por todas partes, como si fuera un servicio eficiente.

"Servicio especial" dicen los letreros de los minibuses celestes, de propiedad del Sindicato de Colectiveros, la primera organización laboral que tenía colectivos para recoger a los usuarios. Hoy, los colectivos han desaparecido. Sólo se ha quedado como nombre en esa institución sindical que dirige José Luis Rojas, secretario general.

Los micros celestes y verdes están disminuyendo. No hubo renovación de motorizados, a pesar de las recomendaciones técnicas. Durante los últimos meses, surgió un nuevo conflicto, entre los socios del Sindicato de minibusistas (color verde) y la Cooperativa de Transporte Oruro, porque las líneas han sido avasalladas.

Los minibusistas, que suman a más de dos mil, invaden las líneas de los cooperativistas que tienen minibuses pintados con rojo. El crecimiento de los minibuses provoca la necesidad de tener nuevas rutas de servicio y nuevas líneas. El presidente del Concejo Municipal, Juan José Ramírez, dijo que los conflictos están surgiendo entre los mismos choferes. “Los transportistas no se ponen de acuerdo”, dijo.

Los minibusistas verdes y los cooperativistas rojos forman parte de la Federación de Choferes San Cristóbal. La ciudad ha crecido y hay mayor demanda de servicios de transporte, pero los unos se consideran dueños de cada barrio y no permiten el ingreso de otros, como el caso de la Urbanización La Aurora, donde viven más de mil familias y los cooperativistas rojos no abastecen a esa cantidad de gente.

El presidente de la Cooperativa de Transporte Oruro, Moisés Vásquez, recordó que las tres organizaciones sindicales más grandes, "siempre han trabajado juntos, en base al entendimiento, ante el avasallamiento de otros servicios que querían ingresar a sus mismas rutas de trabajo en los barrios".

Sin embargo, durante los últimos meses, el nuevo secretario general de los minibuses verdes, "ha prometido crear nuevas líneas y mejorar las malas, como si fuera dueño de Oruro, pero su compromiso se quiere cumplir a las malas, rompiendo la unidad del transporte urbano orureño".

Agregó que "los verdes arrasan y sobreponen nuevas líneas, como la línea 22, creada bajo una ordenanza municipal, aprovechando la influencia de un concejal y otro que ellos tienen como concejales".

Según su informe, los concejales "han hecho movimientos de líneas, afectando a la cooperativa a gusto y sabor". Los enfrentamientos han provocado la ruptura de parabrisas y vidrios de los minibuses de ambos sectores. Los minibusistas verdes atribuyeron toda responsabilidad a los rojos, quienes han reaccionado.

Entre los minibuses rojos, existen 40 dañados, pero según el dirigente, los ejecutivos departamentales y nacionales no se han pronunciado. Sin embargo, el conflicto no surge precisamente en los barrios periféricos, sino en las calles céntricas, donde el tránsito vehicular es difícil y casi imposible. Cada minibús tarda por lo menos 15 minutos para pasar seis o siete cuadras del centro de la ciudad.

Mientras tanto, la Alcaldía Municipal trabaja en algunas calles de la ciudad, para levantar las aceras y cordones. Antes, había 10 centímetros de altura de los cordones, pero ahora "son 30 y 40 centímetros", para que los vehículos "no puedan estacionarse sobre las aceras". Sin embargo, el problema ha surgido para las personas ancianas, particularmente, porque "semejantes aceras no permiten el tráfico peatonal cómodo", según la Sociedad 10 de Febrero, cuyo presidente, Víctor Aramayo Manjón, envió una carta a la alcaldesa municipal, Rossio Pimentel, para exponerle este problema.

A ese problema, ha surgido otro, motivado por la misma Alcaldía. Los trabajadores municipales han construido conos de cemento, para colocarlos en las calles céntricas, donde antes estacionaban los vehículos particulares, especialmente. Tampoco existen lugares de parqueos particulares suficientes, como para el estacionamiento de motorizados.

Según el informe de los expertos, "en todas las ciudades del país, han aumentado estos problemas del tráfico vehicular, por la nacionalización de vehículos chutos que efectuó el Gobierno nacional el 2011".

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