06 julio 2014

Por Chapare transitan cientos de autos ‘chutos’

Con frecuencia se ve circular por la zona un auto sin placa y los dueños asumen la irregularidad, pero opinan que se debió frenar el ingreso en las fronteras, sobre todo con Chile. Los operativos policiales abortan por las represalias de los pobladores, que protegen el tránsito de los carros sin documentos. EL DEBER constató el problema e incluso habló con el dirigente de una asociación de vehículos ‘chutos’. En el lugar hay unos 4.000.

Ellos saben que están bajo la sombra de la ilegalidad, pero igual utilizan vehículos indocumentados, ‘chutos’. Dicen que es por necesidad, que un motorizado no es un lujo, sino una cuestión de urgencia, una herramienta de trabajo para sacar las piñas y las naranjas, los plátanos y las papayas, los cerdos que crían en las granjas y la hoja de coca que cargan en tambores de 50 libras y que producen dentro de las sendas del trópico de Cochabamba.

Pero resulta que esos vehículos que utilizan ingresaron de contrabando al país por rutas clandestinas desde el norte chileno, que no tienen documentos y que cruzaron el altiplano para después ser adquiridos en la llamada feria de ‘chutos’, que todos los domingos abre sus puertas en Ivirgarzama, una especie de epicentro de recepción, compra y venta de vehículos de contrabando.

Los compradores, en buena parte, son los que habitan en los cinco municipios del trópico cochabambino, hombres y mujeres que se dedican a la producción de coca y otros productos agrícolas.

Entonces, ver un vehículo sin placa transitando por la carretera asfaltada que cruza por Villa Tunari y Shinahota, Chimoré, Bulo Bulo y Entre Ríos, o en pueblitos trópico adentro, como Villa 14 de Septiembre o Chipiriri, parece tan normal que los propietarios han formado la Asociación de vehículos indocumentados, una organización que ‘se hizo respetar’ a pedradas las pocas veces que los policías intentaron realizar incautaciones mediante operativos sorpresa.

La última vez que ocurrió fue el 8 de junio, cuando efectivos de Prevención y Robo de Vehículos (Diprove) y el Control Operativo Aduanero (COA) decomisaron autos chutos en algunas poblaciones del trópico. Pero una turba de pobladores terminó sacando a los uniformados.

“No somos pocos los que tenemos un auto chuto”, asegura Félix Mamani, el mandamás de la Asociación de Vehículos indocumentados. “Por lo menos hay 4.000 motorizados en todo el trópico. Eso es lo que hemos registrado hasta ahora”, asegura, sentado en un banco de la plaza de Ivirgarzama, a tres o cuatro horas de la ciudad de Santa Cruz. Desde ahí, Mamani revela que la gente los compra porque son más baratos, porque en la feria de los domingos se pueden conseguir a precios que van desde $us 3.000, muy por debajo de los 12.000 que puede costar un vehículo legalmente ingresado al país, con placa y papeles amparados por la ley.

Mamani dice que sabe que si la Policía realiza operativos en cualquier lugar del trópico, la gente va a responder, que la violencia genera violencia, que una acción causa una reacción. “No vamos a permitir que vengan más uniformados. Ellos saben cómo llegan esos autos a estos lugares, y no es justo que sabiendo eso, recién aquí quieran incautarlos. El Estado tiene que asumir que ha fallado al dejar ingresar al país esos motorizados porque se comprometió a que ya no iba a permitirlo, dice Mamani, dueño de un automóvil marca Volvo modelo 1996, que compró hace 10 meses en $us 6.000.

El oficial Humberto Quiroga, con base en Entre Ríos, está en el puesto hace 15 días y asegura que el Comando Regional del Trópico emite instructivas claras: “En caso de que encontremos un vehículo indocumentado debemos derivarlo a Diprove para que emita su informe y pase a la Aduana”. Pero sabe que cumplir la instructiva es peligroso.

“La gente inmediatamente se reúne y nos hace corretear. En el trópico de Cochabamba la mayor parte son vehículos indocumentados y robados. El trabajo de nosotros es peligroso, nos insultan, nos amenazan”, se queja con una voz pausada.

Julio Mendoza, el pasado lunes, en su oficina de Comandante Regional del Trópico, ubicada frente a la plaza principal de Villa Tunari, dijo que como en cualquier otro lugar, ahí existen vehículos indocumentados, que no puede precisar la cantidad, que sería una irresponsabilidad hacerlo. “El control lo tiene que hacer el COA, y no tenemos ese organismo en esta región. Mis policías simplemente apoyan al trabajo que hacen otras unidades. Nosotros no hacemos operativos de vehículos indocumentados porque no tenemos el sistema especializado para ese trabajo”, sostiene Mendoza, para quien el trópico de Cochabamba es una zona tranquila, con gente pacífica, cooperadora de la Policía.

El martes, un día después de la entrevista, desde Cochabamba estalló la noticia de que el coronel Mendoza y el teniente Diego Céspedes fueron cesados en sus funciones por supuestas denuncias de cobros irregulares a propietarios de autos chutos.

El ejecutivo de la Asociación de Vehículos Indocumentados, Félix Mamani, dijo que, a pesar de la destitución de los uniformados, los vehículos ‘chutos’ siguen circulando sin problemas y que su sector está en una permanente vigilia, preparados para cualquier contratiempo.

Las ‘vacunas’

En la extensa zona hay propietarios de vehículos indocumentados que se creen víctimas de policías, porque estos supuestamente les sacan dinero a cambio de un permiso ilegal para que puedan circular con el motorizado solo dentro de su municipio.

Abdón Ch. M. denunció, por ejemplo, que unos policías lo agarraron en un cruce de camino y que le pidieron $us 500 para evitar que su vehículo sea incautado, y que, después de pagar, en otra oportunidad le exigieron que se vacune. “La vacuna consiste en pagar entre Bs 500 y 600. Por ese dinero le dan un número, para evitar que cada vez que un policía lo intercepte le vuelva a sacar coima.

Florencio Chui es miembro de la directiva del Comité Cívico de Ivirgarzama, pero prefiere hablar de manera personal. Dice que él tiene un auto ‘chuto’ que’ utiliza como herramienta de trabajo, que tiene chanchería y que todos los días lleva comida a sus animales en el motorizado ilegal. Después promete: “Cuando tenga más platita adquiriré vehículos con papeles”. Sobre las famosas vacunas, dice que a muchos compañeros les han cobrado. “Algunos policías se prestaron a eso”, lamentó.

Félix Mamani, dirigente de los propietarios de vehículos chutos, es de los que cree que la Policía no se corrompe, pero que sí hay malos policías que han cobrado vacunas en beneficio de sus bolsillos. El oficial Quiroga aclara que él está hace dos semanas en la Policía de Entre Ríos y que han cambiado a otros efectivos por las denuncias de irregularidades. Pero que a pesar de estar poco tiempo, está enterado de que realizar un operativo en el trópico puede ser peligroso.

Lo cierto es que los autos ‘chutos’ se campean en los 200 km del Chapare

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