A muchos les podría sorprender que exista gente que tenga sus dudas sobre la idoneidad de los aros de aleación, para otros en cambio un automóvil sin aros no es un auto y para cierto público, representan un gasto extra. Lo cierto es que sí son necesarios, además de agregar ciertas ventajas con respecto a las llantas, a la conducción, al sistema de frenado y como es de suponerse, a la estética en general del vehículo.
Más ligeras. La mayor diferencia entre ambos modelos, es que las llantas de aleación suelen ser más ligeras que las de acero, pesan menos. Segundamente, lucen mucho mejor que las anteriores. Ayudan a refrigerar los frenos, reducen el peso de las masas sin suspensión, hace juego con la apariencia física del vehículo y por ende, le confieren un look más moderno y elegante.
Principales beneficios La diferencia es lógica como perceptible. Las llantas de acero son mucho más pesadas y robustas, rígidas por así decirlo. De modo que en caso de pasar por algún agujero o saltarse un túmulo, los aros se protegerán más que con llantas de aleación. Otra ventaja a su favor, es que son más baratas y extremadamente resistentes en caso de bordillazos o socavones.
Tendencias a futuro. Hoy como en los años que están por venir, todos los vehículos nuevos ya incluyen llantas de aleación, sin importar el precio, aún en los acabados más bajos de las gamas, los incluyen. Otra tendencia es la de ver llantas de mayor tamaño (diámetro), digamos unas 18 o de 19 pulgadas. Más que todo para cumplir propósitos de estética.
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