Son uno de los principales componentes de seguridad de un vehículo. Alguna vez, un conductor se puede topar con circunstancias en las que frenar puede suponer perder el control del coche y llevarse algo más que un susto. El Sol elaboró una lista significativa para ayudarlo a frenar del mejor modo posible.
Calcular la distancia del frenado. En circunstancias normales (aumenta en función del estado de la vía, neumáticos, frenos, climatología…) incluyendo el tiempo de reacción, equivale al cuadrado de la primera cifra de la velocidad a la que circula el vehículo. De este modo, a 90 km/h, se tardará nada menos que 81 metros para detener el coche por completo (9×9=81). Cuidado, el ABS ayuda a no bloquear las ruedas y facilita que un conductor no experto realice frenadas de emergencia, pero en ningún momento disminuye la distancia de frenada. Este es un error muy común que puede llevar a reducir la distancia de seguridad.
Mejor en línea recta. Lo ideal para frenar es hacerlo en línea recta, para que las dos ruedas de cada eje soporten las mismas fuerzas, aunque el tren delantero siempre aguantará una mayor intensidad. La frenada ideal debería comenzar con una presión suave en un primer momento. De este modo, los pistones y las pastillas se posicionan donde deben, contra el disco.
Resto de vehículos. A menudo el conductor se ve inmerso en una caravana con bastantes coches circulando a una velocidad media o alta. El problema de estas situaciones es que son potencialmente muy peligrosas en casos de deceleraciones bruscas (que ocurren muy a menudo). Por eso, lo mejor es dejar una distancia de seguridad amplia y tener pensada una escapatoria en caso de que suceda algo.
Obstáculos. Si se topa con un obstáculo imprevisto, lo innato es pegar un volantazo para esquivarlo. Pero es mejor no hacerlo. Se tendrá que reducir velocidad antes de dar el mínimo golpe de volante, pues el movimiento del volante aceleraría la transferencia de la masa y podría provocar el vuelco del vehículo.

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