El buen tiempo del verano hace dar ganas de salir y también aumentan las veces en que se utiliza el vehículo para viajar o hacer alguna excursión. Es posible proteger al coche de los rayos solares y del calor que se sufrirá. El Sol le da algunos consejos, muy obvios, pero que conviene no olvidar.
La sombra. Es mejor evitar aparcar al sol, sobre todo en las horas centrales del día. No siempre es posible hacerlo, pero se debería intentar aparcar a la sombra. Hay que tener en cuenta también los movimientos del sol. Si se va a estar mucho rato aparcado en un sitio, quizá en el momento de dejar el coche se quede al sol, pero al rato estará a la sombra.
Parasoles. Siempre que se deje el vehículo aparcado en algún sitio al aire libre, se aconseja colocarle un parasol en el parabrisas delantero (y si se quiere también en el trasero). Al parar los rayos del sol, se reducirá la cantidad de calor que se cree en el interior del vehículo. Como muchas veces es imposibe evitar que se caliente el interior, puede ser de gran utilidad este truco para enfriar un coche rápido.
Calentura. Utilizar protectores para el volante. Esto evitará esos momentos terribles de volver a conducir y quemarse las manos, lo que aumentará la seguridad (porque lo ideal es esperar a que el volante no esté tan caliente, pero poca gente lo hace).
Agua y jabón. Lavarlo de forma regular. En algunos casos se puede utilizar cera con absorbente para rayos ultravioleta, que protege la pintura del coche de los daños causados por el sol. Las partes de cuero y vinilo del interior requieren también una limpieza especial para que no envejezcan rápdiamente.
Revisar. Hay que asegurarse de que el sistema de refrigeración del coche esté en perfecto estado. Si no funciona bien, el calor hará que el motor se recaliente más fácilmente, y aumentará el riesgo de averías.
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