La importación de vehículos "0" km (kilómetros) subfacturados principalmente desde Estados Unidos, está ocasionando una pérdida al Estado de aproximadamente $us 40 millones anuales y generando una competencia desleal a las concesionarias de automóviles de marcas tradicionales que tienen la representación exclusiva para Bolivia.
No es nuevo, es un problema añejo. "Lamentablemente, por falta de una mejor política de aplicación de normas, se presenta la posibilidad de que importadores inescrupulosos compren vehículos de dealers (vendedores) principalmente en Estados Unidos (no del fabricante) y consiguiendo facturas por menor valor del realmente pagado, nacionalicen en Bolivia, pagando impuestos sobre el valor subvaluado, estafando al Estado sumas millonarias. Adicionalmente, estas nacionalizaciones las hacen directamente a nombre del comprador, eludiendo además el pago de los impuestos por la venta", informó Luis Encinas, gerente general de la Cámara Automotriz de Bolivia (CAB).
El ejecutivo de la CAB especificó que a raíz de esta anormalidad, se estima que el Estado pierde algo más de $us 40 millones al año, por cuestión de impuestos de nacionalización de importación, tan solo de vehículos nuevos (0 km), sin considerar similares estafas por concepto de importaciones de equipo pesado (línea amarilla), donde además juegan con el concepto de importar como maquinaria vieja, tratándose de equipo completamente nuevo.
Prestan más beneficios al cliente. Ante esta problemática, ejecutivos de Imcruz, Toyosa, Autobol y Hansa señalaron que este sector busca combatir este conflicto ofreciendo a sus clientes financiamientos, facilidades de pago, garantías y servicio postventa, servicios que no brindan los importadores no oficiales de estas marcas.
La CAB estima que al año ingresan al país entre 5.000 y 6.000 vehículos nuevos subfacturados.
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