Se puede respirar la aventura en el aire. La edición número 39 del Rally Dakar ya se siente en Asunción, la capital paraguaya que se alista para recibir, por primera vez, la competencia que tiene la fama de ser la más dura del mundo. Casi 320 motorizados empiezan a calentar motores en procura del gran sueño, aquel que inició ya con la inspección mecánica y administrativa; en las instalaciones donde la Conmebol lleva adelante sus congresos ordinarios.
El Grande Francia, que durante tres semanas de crucero ha transportado más de 600 vehículos europeos desde Le Havre, en Francia, (organización, prensa, carrera y asistencia juntos), vaciaba sus entrañas hace una semana.
Mientras las motos y quads partían a Asunción en camiones-remolque, el resto de los vehículos ha esperado paciente a sus propietarios, invitados hace tres días a reencontrarse con ellos. Aunque la mayoría de los autos o camiones con opciones a los primeros puestos ha sido recuperada por las estructuras de asistencia que la mimarán a lo largo de todo el rally, algunos pilotos han acudido en persona al puerto de Zárate, cerca de Buenos Aires, para realizar un camino de 1.200 kilómetros.
Gerard de Rooy, que no le quita durante demasiado tiempo los ojos de encima a su Iveco, ha querido liderar la procesión de su equipo, no ya al volante de su camión, sino de uno de los 4x4 que le seguirán durante el rally. El camino le ha parecido aún más largo a Joan Font y, sobre todo, a su compañero de equipo Oriol Vidal en el periplo de sus SSV hacia Paraguay.
El Yamaha número 373 sufría sus primeras aventuras antes de la pausa prevista a mitad de camino por los organizadores: “Tardamos más de lo previsto en llegar a Santa Fe porque sufrimos problemas con la toma de la gasolina, lo que nos obligó a realizar varias paradas. Al final, pudimos dormir y tomar rápidamente una ducha en el hotel antes de reanudar la marcha”, explicaba el copiloto de Santi Navarro, todavía en la frontera paraguaya en plena tarde.
La llegada a Asunción ha resultado compleja para algunos europeos, pero también para algunos “vecinos”, que al final han tenido que realizar un viaje aún más largo para llegar a la capital paraguaya.
Por ejemplo, Marco Bulacia, que recorría alrededor de 1500 kilómetros desde Santa Cruz: “Me siento aliviado de haber llegado; con un enlace” así de largo, podemos decir que el Dakar ya ha empezado para nosotros”.
El raid tendrá su partida formal el lunes, mientras que mañana se efectuará la largada simbólica, momento que dará un adelanto de adrenalina y emoción.
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