El gigante del automóvil japonés Toyota, afectado por la subida del yen, anunció el miércoles una disminución de su beneficio neto en 2016/2017 por primera vez en cinco años, y prevé una fuerte bajada este año.
En el ejercicio que se cerró en marzo, el resultado neto cayó 1.831,1 miles de millones de yenes (15.400 millones de euros según el cambio operativo para el grupo), es decir, un 21% menos. La tendencia continuaría este año, según Toyota, que prevé una caída del 18%, de 1.500 miles de millones de yenes, una cifra muy por debajo de las expectativas de los analistas.
El resultado de explotación se hundió un 30% en dicho periodo, en 1.944,4 miles de millones de yenes. De estos, 940.000 millones se debieron a los efectos de un cambio desfavorable. Las cuentas también se vieron lastradas por un aumento del gasto, en particular en Norteamérica, donde el constructor se vio obligado a acentuar las iniciativas de mercadeo para atraer clientes en un mercado al ralentí.
Si bien el volumen de negocio se redujo en un 2,8%, en 27.597,2 miles de millones de yenes, las ventas de Toyota, que el año pasado se vio relegado al segundo puesto mundial por detrás de alemán Volkswagen, subieron levemente respecto al año anterior, con 10,25 millones de vehículos vendidos de todas sus marcas (Toyota, Lexus -alta gama-, Daihatsu -minivehículos-, Hino -de carga pesada-).
Las ventas progresaron en Japón, en Asia y Europa pero se estancaron en el mercado estadounidense, tradicionalmente un punto fuerte de Toyota. También bajaron claramente en América Latina y Oriente Medio.
En cuanto a los beneficios, el grupo se mantiene poco optimista, por un posible refuerzo del yen. Prevé, además de una caída de su beneficio neto, un resultado de explotación un 20% más bajo, en 1.600 miles de millones de yenes
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