Armin Franulic es una leyenda del automovilismo boliviano por haber conseguido en más de 30 años de actividad deportiva ocho títulos nacionales y haber ganado cinco Grandes Premios.
Es un “tuerca” de toda la vida. Aún hoy sigue la actividad que se convirtió en su pasión y está al tanto de lo que sucede sobre todo a nivel dirigencial.
Este año se postuló a la presidencia de la Federación Boliviana de Automovilismo Deportivo (Febad), entidad que ya dirigió, pero perdió en la votación con el potosino Orlando Careaga Alurralde.
— ¿Cómo está de salud?
— Estoy perfectamente. Lo único que tengo que usar es el burrito (un andador). Creo que eso es para toda la vida porque (su enfermedad) me atacó el lado derecho del cerebelo, como que no puedo escribir ni firmar. He sacado un carné de identidad que dice que no firmo. Alguna gente me hace poner la huella digital, pero lo demás no es ningún problema.
— ¿Qué le diagnosticaron?
— Es un ACV (Accidente Cerebrovascular). Creo que ha sido la sumatoria de todo. He ido a Cobija tres veces. En ese tiempo preparábamos el Gran Premio (Nacional de 2013) y hubo mucho estrés. Creo que otra de las causas fue una discusión en la que casi nos vamos a los golpes con Mauricio Soria (exjugador de fútbol) en Cobija precisamente. Pero son cosas que han ido sumando.
— ¿Qué actividad cumple en la actualidad?
— Estoy en el Tribunal de Honor de la Asociación Municipal de La Paz. Tengo reuniones periódicas. Hemos hecho una votación entre las cuatro asociaciones municipales (La Paz, El Alto, Viacha y Pucarani) y se eligió a Abad Tambo como presidente de la (Asociación) Departamental de La Paz.
— ¿Sigue de cerca el automovilismo boliviano?
— Por supuesto que sí. Siempre voy a las carreras, principalmente a Santa Cruz. Veo el Rally de Codasur cada año. En 2018 fui a San Xavier; y también estuve en Sucre viendo el circuito Óscar Crespo.
— ¿Y el automovilismo internacional?
— Veo la Fórmula Uno, el Rally Mundial, también está el Dakar. Estamos pendientes de lo que ocurre con nuestros pilotos bolivianos.
— ¿Qué le pareció la participación del Team Bolivia en el Rally Dakar?
— Es una pena que no haya participado Juan Carlos Salvatierra. Hubiese estado a la par de (Nicolás) Cavigliasso (ganador de los cuadriciclos).
Daniel (Nosiglia) lo hizo muy bien. En la novena etapa tuvo una carrera fantástica, estaba primero, pero acabó segundo por una caída.
— ¿Ve futuro en él y en su hermano Wálter junior en esta competencia?
— Claro que sí, los dos, pero no sé si el Dakar seguirá en Sudamérica o si volverá a África, pero los dos tienen mucho para dar en esa prueba.
— ¿Por qué dice que el Dakar podría volver a África?
— Bolivia pidió que se haga el Dakar por nuevos caminos en el sur del país, Argentina cuida su dinero para la Fórmula Uno, Chile tiene el Rally Mundial. Hay que ver qué es lo que ocurre, pero por lo que veo, te lo digo con un año de anticipación, es difícil que se quede en Sudamérica.
— ¿Cómo está el automovilismo boliviano?
— Mal, por eso es que hay que solucionar una serie de cosas. Santa Cruz es el mejor ejemplo. El circuito Óscar Crespo anda con más de 200 vehículos, de los cuales muchos no cumplen, creo yo, con las medidas de seguridad.
— ¿Por eso se postuló a la presidencia de la Febad?
— Así es. Después de mucha charla que he tenido con gente que me pedía que vuelva decidí regresar. Pero la candidatura no era estar por estar, sino ordenar la Febad.
— ¿Qué opina de la victoria de Orlando Careaga?
— Era sabido desde el 30 de noviembre (de 2018) en Cochabamba, donde cambiaron el estatuto (de la Febad) sin estar nominado en la convocatoria (del Congreso). Lo hicieron precisamente para que Careaga pudiera participar. Pero él ganó bien, de manera que lo llamé el lunes (14 de enero), hablé con él para felicitarlo y le dije que cuenta con mi apoyo para cualquier cosa mientras haya que ordenar la casa (la Febad).
— ¿Seguirá ligado al automovilismo como dirigente?
— Son dos años que tiene Careaga (hasta 2020). Pasado ese tiempo creo que vamos a estar más alejados del automovilismo. La Febad ya está descartada, a menos que me llamen. No hay que decir nunca, pero por el momento es así.
— Hablando de usted, ¿Cómo empezó en el automovilismo deportivo?
— Lo hice en 1976 o antes. Iba a tocar los autos y mirarlos. Willy Bendeck (un destacado piloto boliviano) me dijo “¿qué estás haciendo acá tanto hurgando y oliendo los autos?, ¿por qué no corres de una vez?”. Eso fue el año 70, 71, poco antes de que falleciera. Pero primero tuve la conciencia de tener a mi familia tranquila y estable para empezar a correr, por eso inicié mi carrera a los 33 años.
— ¿Cuántos títulos nacionales tiene?
— Tengo ocho, además de cinco Grandes Premios. Hasta ahora ningún piloto ha logrado igualar esas marcas.
Mis Grandes Premios no van a ser igualados porque tuvieron hasta 5.000 kilómetros (de recorrido). Hoy en día el rally no llega a recorrer 500 km en un campeonato.
— En su época de gloria lo llegaron a nombrar el sexi campeón…
— También me dicen muchos Paceñísimo. Soy una persona tranquila, que no ostento. De hecho, el automovilismo me ha dado mucho, me ha abierto muchas puertas, conozco el país de norte a sur, de este a oeste. Hemos abierto camino con el automovilismo hasta Cobija, de manera que me siento feliz y contento por eso.
— Usted fue un gran piloto, ¿cree que su dinastía siguió con sus hijos?
— Las señoras de mis hijos no les han dejado mucho. Mauricio, el mayor, usa moto, tuvo un accidente hace un par de años en el brazo. El que más ha seguido el automovilismo ha sido Patricio, quien vive en Miami y sacó dos campeonatos en Homestead junto con el boliviano Sergio Kosky.
— ¿En su época habrán sido los años dorados del automovilismo boliviano?
— Creo que ha sido el mejor tiempo que ha tenido el automovilismo. Desde la época de Willy Bendeck hacia adelante.
Con Armando Paravicini corrimos juntos hasta que tuvo el accidente; René Rocha, otro de los pilotos que si bien falleció por un problema estomacal, pero ha sido una buena época, sino la mejor.
— ¿Hasta cuándo cree que La Paz fue una potencia en el automovilismo?
— (Risas) Hasta que me retiré del automovilismo. Hay muchos periodistas que me agarraron y me dijeron, ¿para qué me retiré? Y les dije ‘hay una fecha en la que hay que retirarse, no puedo estar tanto tiempo corriendo y demás’.
Oficialmente me retiré el año 1995 por campeonatos. En 1998 y 1999 se corrieron Grandes Premios que hizo el general (Hugo) Banzer, gané los dos. Luego me invitaron a correr la Vuelta a los Yungas en 2003, que también la gané. Y no hubo Grandes Premios hasta 2007, que el presidente Evo Morales hizo un Gran Premio que igual lo conquisté.
— ¿Cómo inició su faceta de dirigente?
— He sido dirigente de la Asociación de La Paz, no me acuerdo las fechas, pero he sido presidente de la Febad de 2010 a 2014, cuando me pasó lo de mi enfermedad y me alejé.
— ¿Qué piloto boliviano cree que tiene proyección internacional?
— Está el hijo de Marco Bulacia, también está su otro hijo (Bruno). La mayoría son de Santa Cruz que están por correr internacionalmente.
Perfil
Nombre: Armin Franulic
Nacimiento: La Paz, 8 de septiembre de 1943
Familia: Está casado con Mercedes Davalillo
Hijos: Mauricio, Pablo y Patricio
Profesión: Es empresario y a sus 33 años comenzó en el automovilismo deportivo.
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