La gran novedad de Stella es que sus paneles solares generan más electricidad de la que el auto necesita, por lo que el vehículo tiene una autonomía de 600 kilómetros.
El diseño del auto es completamente aerodinámico, su carrocería está fabricada con materiales muy livianos, como fibra de carbono y aluminio, y muchas de sus funciones son activadas a través de una pantalla LED.
El vehículo tiene espacio para transportar a cuatro personas sentadas y aunque eso implique una reducción de la velocidad frente a autos solares similares, el equipo apunta al desarrollo de “un auto del futuro” para la familia cuyo diseño conlleva algo más que un enfoque en la velocidad. Stella también cuenta con un volante intuitivo, que se agranda o se achica de acuerdo a la velocidad a la que se maneje.
El objetivo del STE es lograr que el auto sea aprobado para usar en la calle.
En la World Solar Challenge, una carrera de 3 mil kilómetros por el interior de Australia en la que compiten únicamente vehículos que funcionan con energía solar, el equipo holandés competirá en la clase crucero donde será calificado, además de la velocidad, por el número de personas que transporta, la cantidad de energía que utiliza y su practicidad. Es decir, que también se juzgará la comodidad, facilidad de uso y la viabilidad del vehículo.
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