11 agosto 2013

Ibiza Cupra Un auto que impone su calidad mecánica

Con la llegada del primer VW Golf GTi en 1974 (motor 1.6 de 110 CV), la deportividad dejó de ser patrimonio de los cupés y descapotables y se hizo más accesible. Y es que la gran aportación de los GTi es que toman como base un modelo compacto y añaden la pimienta de una mecánica de altas prestaciones. Así permiten disfrutar al volante sin renunciar al sentido práctico de los coches familiares.

Con el tiempo, los compactos han crecido mucho y los 3,7 metros del primer Golf han pasado a 4,25 en el último. Hasta los utilitarios son ahora más grandes, unos cuatro metros de largo, pero reflejan mejor el espíritu de los primeros GTi: ligereza y prestaciones. Y eso es lo que ofrecen los protagonistas de esta prueba: Mini Cooper S, Peugeot 208 GTi, Renault Clio RS y Seat Ibiza Cupra, los dos primeros con cambio manual de seis marchas y los otros dos con cajas automáticas y accionamiento secuencial desde el volante.

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